Regalados

La sensación de inseguridad es cada vez peor. Como sabe cualquier persona bien pensante, todo es culpa de los medios de comunicación, de la violencia en el cine, en los videojuegos, y ahora acicateado por una oposición malévola que usa estos temas indignos para "pegarle" al gobierno.ynbsp;Pero no es más que una sensación, ya que seguimos siendo el país más seguro de la región y, porqué no, uno de los mejores del mundo. Por lo menos esa es la opinión que tiene de este Uruguay de hoy el precandidato oficialista Tabaré Vázquez.Este es el discurso estandarizado del gobierno para explicar el problema que más inquieta a los uruguayos. Un discurso hueco, absurdo, y que choca contra las peripecias cotidianas de todo ciudadano que camine por este país, y que si no ha padecido en carne propia esta ola de delincuencia, lo ha hecho por vía indirecta ya sea por un hermano, un abuelo, un amigo. Pero a este divorcio entre el discurso oficial, y la experiencia personal de la gente, ahora se suma la crueldad de las cifras. Y de las cifras oficiales.Según informó hace unos días el Ministerio del Interior las rapiñas crecieron un 8,5% en 2013 respecto del año anterior. Solo en Montevideo hubieron más de 13.500 rapiñas en el año, lo cual promedia 37 por día, una cada 40 minutos. Estas cifras vienen creciendo desde el año 2005. Igual que lo hurtos.En cuanto a los homicidios, la tasa se ha mantenido constante, algo que el ministerio, en su jerga forense ha definido como "el nivel de la violencia letal". Aunque reconoce que "esta estabilidad se produce en torno a valores que pueden ser considerados relativamente altos para la tendencia histórica en el país". De estos homicidios, un 23% ocurrió en el marco de rapiñas y copamientos, aunque esta clasificación parece tener sus defectos ya que según las autoridades hay un 25% de las muertes violentas que entran en una categoría llamada "otros motivos", y en un 11% directamente se desconoce el móvil.Tal vez la única noticia positiva que trae este informe oficial es que han descendido en forma importante los homicidios cometidos por menores de edad, que en 2013 fueron 26 cuando el año anterior habían llegado a 38. Un descenso que puede tener que ver con el ajuste de las medidas de seguridad en los centros de internación de menores peligrosos, donde las tradicionales fugas no parecen ser ya tan fáciles...

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