'No hay pasión por el escenario'

Bocca (Munro, 1967) está de nuevo en España. Esta vez al frente de la compañía que dirige, el Ballet Nacional de Uruguay y que ha cambiado radicalmente desde que asumió el cargo por una designación directa del presidente, José Mujica. Después de colgar las zapatillas, recaló en Montevideo.Ha hecho el milagro: revolucionar en el fondo y en la forma a un conjunto que parecía estancado en el pasado. Ahora hacen una gira española por una decena de ciudades (mañana, en Alicante) con El Mesías en la coreografía de Mauricio Wainrot.El itinerario comenzó en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián e incluirá Sevilla, Avilés, Gijón, Mallorca, Pamplona, Vitoria, Logroño, Madrid y tendrá término en Toledo el domingo 9 de noviembre, en el Auditorio El Greco."Este año queríamos trabajar técnica y expresividad, pero el productor de esta gira pensó especialmente en nosotros para que viniéramos en lugar de los argentinos de San Martín. Nosotros encantados porque, además, la pieza que iban a bailar ellos la teníamos en el repertorio", explicó Bocca.El Mesías les "cayó del cielo", dado que "un periplo así de 14 funciones, durante un mes, en Europa es increíble, son las casualidades divinas"."Igual que Mujica ha hecho marca país, con el ballet hemos hecho una marca: todos están conectados, integrados y sienten un compañerismo muy especial, nadie se quiere marchar", agregó el director con orgullo, recordando que su contrato es hasta fines de 2015 y luego "todo puede suceder", pero su deseo es seguir viviendo en un país que siente como el suyo, "revolucionario" en educación y cultura, aunque siga teniendo la "asignatura pendiente" de la seguridad: a él ya le robaron en su casa tres veces, lamenta. "Pero cuando vuelvo a Buenos Aires pienso qué locura de ciudad. Creo que ya no podría con ese ritmo. Me gusta la calma, el equilibrio de Uruguay, quizá porque ahora es así como me siento por dentro".Después de dejar los escenarios, ¿cómo se adapta a una nueva vida un artista?Desde mi llegada al Sodre en 2010, han sido años muy intensos, llenos de actividad y de incidencias, pero en el fondo, todo muy enriquecedor. En 2013 terminamos con abogados en el ballet, pero el cambio ha funcionado bien. Y todo fue por una media hora más de trabajo diario que yo les pedía. Al final hubo consultas, pero acabó bien: ahora trabajamos siete horas y media y ese proceso me vino bien a mí, para entender y acostumbrarme a un reglamento, a una estructura, a profundizar en que el trabajo de una...

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