Y ahora ¿habrá detracciones?

Economía y mercadoPor qué no. Si a partir de una ideología igualitarista la idea que se extiende es que es mejor que seamos más iguales aunque peores, ya nada puede llamar la atención. Y menos aún este impuesto a la tierra, de fundamento técnico muy endeble, y de propósitos expresos que dejan traslucir una dosis de jacobinismo inusitada.Hay afirmaciones en el mensaje del proyecto de ley que no pueden leerse sin lamentar la ausencia de rigor profesional o, peor aún, el uso de lenguaje técnico seudocientífico para sostener posturas ideológicas definidas a priori. Una primera sobre la que se insiste es la comparación entre la presión fiscal global y la del agro, medidas ambas como recaudación sobre producto. Miradas así, la del agro es mucho menor que la de la economía como un todo, lo que resulta lógico dado que la tributación reposa esencialmente sobre impuestos al consumo. Pero el Poder Ejecutivo sabe perfectamente bien que si se compara la presión fiscal entre sectores económicos -lo sabe la DGI- y si se considera en la del agro el conjunto de tributos recaudados por otras dependencias, la suya es una presión análoga a la de otros sectores; y que, como es obvio, los productores padecen la de toda la economía también como consumidores que son. En otras palabras, no se demuestra una presión menor ni asimétrica del agro.SIN RIGOR. Otra afirmación increíble: comparar la concentración de la tierra por las declaraciones de Dicose, respecto de la distribución del ingreso de las personas. En efecto, entre los titulares de Dicose hay sociedades integradas por múltiples titulares, y existe información que hace pensar que la propiedad de la tierra no se concentró, como por ejemplo un estudio del BPS sobre empresas registradas. Pero además, el número de establecimientos de Dicose es por ejemplo hoy, mucho más numeroso que en 2003, parecido al de 2004, etc. La única información robusta es la de los censos agropecuarios. Y como se lo olvida tantas veces, en la década del noventa según el último censo, la propiedad no solo no se concentró sino que se difundió. Y yo creo que la evolución del valor de la tierra es un buen indicio para pensar que en estos diez años tampoco ha ocurrido ese fenómeno, para el cual en todo caso hay que esperar algunos meses -que termine el censo actual- para fundar un proyecto técnicamente serio. Por supuesto, si las sociedades en manos de múltiples dueños se consideran como una única propiedad, a lo mejor pueda decirse que la tierra se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR