El barril sin fondo de Empalme Olmos

PABLO MELGAREn pleno boom de la construcción la principal fábrica de porcelanatos del país lleva dos años cerrada. Las barracas ya no muestran los catálogos de Metzen y Sena; por estos días se pueden ver diseños de origen chino o europeo.En la zona de Empalme Olmos, donde está localizada la histórica planta de Metzen, todos miran al juez del pueblo. En sus manos está la definición del pasaje de la planta a manos de los trabajadores que cerró tras un acuerdo con el Poder Ejecutivo el día después que José Mujica ganó las elecciones.Jorge González, presidente de Aliofo, el sindicato de la empresa, asegura que la expectativa está centrada en que el juez falle antes del 23 de diciembre, cuando comience la feria judicial. La batalla legal y política ha sido larga.Ya van dos años que los funcionarios subsisten con el seguro de desempleo cuya extensión el Parlamento aprobó en dos oportunidades. Todos los meses el Banco de Previsión Social (BPS) aporta medio millón de dólares para asistir a los trabajadores.En la planta quedan algunos funcionarios que se dedican al mantenimiento de la maquinaria y al cuidado del bosque que la circunda, unas 2.500 hectáreas de eucaliptos que son la garantía de la empresa.Según Aliofo, la empresa debe por lo menos US$ 100 millones. Los principales acreedores son UTE y Ancap tras el incremento del precio del gas argentino en 2008.El presidente Mujica incentivó a que los trabajadores se hicieran de la empresa. "No teman ser patrones de ustedes mismos", les dijo una vez que visitó la planta. Desde el gobierno se hicieron los máximos esfuerzos para apoyar una cooperativa de trabajadores. La formaron pero aún no comenzó a trabajar.Un gesto del gobierno fue la creación del Fondo de Desarrollo (Fondes), un plan que por poco lleva el nombre de la cooperativa de Metzen y Sena. Se trata de un fondo destinado a la recuperación de empresas financiado con las ganancias del Banco de la República (BROU).González estima que poner en marcha la fábrica demandará "por lo menos US$ 9 millones".Alejandro Barreto, accionista mayoritario de Metzen, dijo a El País que el cierre de la empresa se trató de una operación de "despojo" en un intento de apropiarse en "forma oblicua de una empresa que estaba funcionando, que tenía 780 trabajadores directos y que exportaba a 32 mercados"."Se trató de utilizar la nueva ley de concursos, dado que esta tiene entre sus artículos, uno que dice que si la empresa es abandonada por sus dueños, o si va a la liquidación...

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