Cinco razones por las que la inflación no debe pasar el 10%

La economía uruguaya se aleja cada vez más del objetivo de una inflación del 5% anual, esforzándose por no pasar a niveles de inflación alta e ingobernable y estancada en un ritmo del 9% anual. Es un nivel que resulta perceptible en lo rutinario, basta con ir al mercado y comprobar que para la misma compra semanal el ticket es cada vez más elevado. Con este escenario es oportuno recordar todo lo que se pierde cuando la inflación pasa determinado umbral y se vuelve impredecible. No es verdad que con inflación alta se puede vivir y no pasa nada, para encontrar ejemplos basta ver lo que está pasando en Argentina donde los precios aumentan más de 25% anual.En primer lugar, quienes más sufren el aumento sostenido de los precios son los pequeños asalariados, pensionistas y jubilados que tienen remune-raciones relativamente fijas. Cuando los precios aumentan poco tienen una pérdida muy leve e imperceptible. Pero cuando la inflación es alta la pérdida es mayor. Incluso cuando existen ajustes periódicos por la inflación pasada la pérdida de poder de compra entre períodos de corrección puede ser muy alta.El impacto de la inflación sobre estos colectivos, que son de los más vulnerables de la sociedad, es similar al de un impuesto, ya que en ambos casos disminuye el poder adquisitivo. Cuando se trata de un impuesto sobre el sueldo lo que sucede es que disminuye el disponible para consumir. En el caso de la inflación, al disminuir el poder de compra de los billetes en poder de las personas, se erosiona también el disponible para consumir. Si la inflación es 5% y el ajuste es anual entonces empieza el año pudiendo consumir 100 y lo termina con 95, en promedio pudo consumir 97,5 por mes. Si la inflación es de 20% anual termina consumiendo 80 y el promedio mensual es 90. Pasar de una inflación del 5% a otra del 20% es como poner un impuesto adicional que quita ese 7,5% de consumo mensual.El impuesto inflacionario se encuentra entre los más regresivos y distorsionantes de todos los posibles. Al mismo tiempo, es el menos democrático puesto que no requiere de aprobación parlamentaria.Segundo, como no todos los precios se corrigen en el mismo momento, se producen variaciones de precios relativos. Un ajuste del 10% en marzo de un bien lo encarece en esa suma frente a otros que deciden ajustar en abril. Luego cuando estos ajustan vuelven a la relación normal o de mercado. En estos casos se ven afectadas las decisiones de los consumidores, ya que el costo de búsqueda se hace más...

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