Otro cuento

MARIÁNGEL SOLOMITA | FOTOS: CORTESÍAS Y DARWIN BORRELLIAquí se filma. La ficción televisiva quiere sumarse a la continuidad de la realización cinematográfica y publicitaria. Hay muchas trabas, pero así como sus producciones primas supieron abrirse camino, el panorama parece estar acomodándose para pensar en más de una forma para incluir unitarios y tiras uruguayas en la programación sin perder dinero. La apuesta se redoblará en octubre, cuando a la emisión de Contámela en colores y El laboratorio en casa, se sumen REC, Somos e Historias de diván. Este es un informe que intenta agrupar algunas miradas de aquellos que se han puesto manos a la obra.En la presentación de Historias de diván hay más periodistas argentinos que uruguayos. La conferencia ocurre en la calle Yatay y San Martín, Montevideo. En el Palacio Sudamérica no se baila más cumbia: ingresando por el estacionamiento, luego de cruzar un camino de cemento rodeado de muros, hay un estudio televisivo de primer nivel. Es decir camarines con el nombre del actor en la puerta -incluye el dibujo de una estrella como adorno-, habitaciones que son vestuarios, baños amplios, salas de maquillaje, dispensadores de agua en los corredores y varios sets de filmación. Allí se grabó Bienes gananciales y ahora se filma Historias de Diván. Mientras Jorge Marrale actúa en el piso de arriba, Yair Dori y Luis Castro le cuentan a la prensa cómo fue posible producir esta serie entre una productora argentina y un canal uruguayo.Primer paso. Para comprender por qué Humberto de Vargas, Sandra Rodríguez, Gabriela Iribarren, María Mendive y Pablo Rago están posando para los fotógrafos en la pausa de un rodaje que protagoniza Marrale y que se filma en la Aguada, hay que mirar atrás.Castro, Gerente de Producción de Canal 10, fue uno de los guionistas y directores de 10 Mandamientos, primera serie de ficción hecha en el país que emitió ese canal. Fue en el 2004 y se rodó con unos 70 actores uruguayos y en 100 locaciones, "fue una experiencia guerrera", recuerda la productora Anabela Pinilla. Ni ella ni Castro tuvieron maestros: tuvieron que aprender a producir produciendo.Dos años más tarde el camino fue distinto. Canal 10 llamó a concurso -Conta- y lo ganó un guionista, Alan Goldman, que había pensado en una idea que tenía lugar en el piso 8 de una oficina pública y seguía las historias de sus funcionarios. Ambos productos fueron financiados y producidos únicamente por el canal. Pero el segundo proyecto implicó una variable: la presencia de figuras argentinas.Detrás de las cámaras de Piso 8 estuvo Jorge Maestro, autor de Montaña Rusa, La banda del Golden Rocket y Amigovios (entre otros); aquí ofició como "asesor del desarrollo de ciclos de ficción". La dirección fue de otro argentino, Gerardo Mariani. "Así nació un modelo de producción que combina ideas y producción del canal junto al trabajo de directores y guionistas extranjeros. Depende de las características del proyecto se trae un director con perfil más publicitario o más cinematográfico. Siempre hemos mantenido los equipos de trabajo uruguayos que se han formado para estas realizaciones, porque es la manera de conservar el know how que nos aportan estas figuras", resume...

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