Feliz ante el espejo

Peñarol es líder invicto y sin goles en contra del Torneo Apertura junto a Racing y viene de sellar su clasificación a la segunda fase de la Copa Sudamericana con una goleada -es cierto, en Bolivia, ante un rival limitado- de visitante. Los aurinegros tienen, pues, motivos para festejar. Sin embargo, seguramente, no fue esa la única razón por la que Fossati celebró con los puños sostenidamente apretados, ni que titulares y suplentes de su cuadro formaron una pirámide al costado de la cancha, tras el gol de Zalayeta que bajó a tierra un resultado que hasta los 75' estaba "en el aire". Puede haber sido también porque, aún cuando a un equipo del interior le cuesta agarrar rodaje pues le es oneroso trasladarse a la capital para jugar ante rivales de Primera División en la pretemporada, Tacuarembó ayer embistió de entrada, luego se paró e hizo circular la pelota con personalidad y en forma ordenada, por ráfagas se animó a poner tres y hasta cuatro hombres en posición de ataque, y no acusó el impacto de verse 1-0 abajo a los 29' por un penal innecesario que Fiordelmondo le hizo a Jonathan Rodríguez sobre un costado el área y cerca del fondo de la cancha, cuando Enzo Pérez llegaba para cubrir su espalda. De la misma manera, aquella exteriorización pudo deberse a que por momentos Peñarol ratificó en la faz futbolística, no en la física, que después de jugar en la altura se siente volver a hacerlo en el llano, pues le costó armarse y llegar con peligro en los 45´ iniciales, algo que sólo consiguió cuando la potencia de Jonathan Rodríguez fue puesta a trabar por la dinámica del "Japo". Además, pese a que ofensivamente Tacuarembó fue muy liviano, ese gol de Zalayeta fue un alivio, pues no en vano...

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