El gigantesco concurso para el ingreso de 2.000 municipales

DANIEL HERRERA LUSSICHEl llamado a concurso para llenar 2.000 cargos de limpieza y trabajos vinculados a la infraestructura, despertó sorpresa y severa resistencia de la mayoría de los sectores oficialistas y la totalidad de la oposición en la Junta Departamental de Montevideo.No se respetan normas observadas por el Tribunal de Cuentas y volverían a incrementarse las astronómicas planillas de funcionarios municipales. Para dar una idea más o menos aproximada de hasta dónde aumentará la burocracia capitalina, basta enfocar hacia el número de funcionarios actuales: algo más de 8.300 y los 10.000 que suman los servicios tercerizados, la mayoría de ellos sobrevivientes con recursos municipales.En el portal web de la Intendencia se llama a concurso (plazo de presentación hasta el 12 de julio), fijándose condiciones que escapan a toda regla lógica: los aspirantes, entre 18 y 30 años, deberán haber aprobado 6to. año de escuela y no podrán haber cursado más allá de 6to. año de liceo. Además, será obligatorio incluir en la nómina a un 15% de hijos de funcionarios municipales.La sugestiva y objetada decisión de incluir ese derecho hereditario vuelve a revolucionar el ambiente general capitalino que observa cómo se intenta implantar un privilegio sucesorio en los empleos públicos. Y también se insiste con un principio muy vigente en sectores partidarios de la izquierda: igualar hacia abajo.Los ideólogos del llamado a concurso determinan que "no podrán inscribirse estudiantes universitarios", ya que consideran que "sería una competencia desleal". "La idea es que concursen por sorteo entre sus iguales", sostienen las autoridades. ¿Y si hay personas con mejor preparación y disposición de trabajo?, inquirimos. La respuesta no admitió dudas: queda afuera, aunque argumente, pruebe sus condiciones y en ese momento se encuentre desempleado.El polémico decreto, abriendo las puertas al derecho de "herencia de empleos municipales", fue aprobado por el intendente y su gabinete en el año 1993. En el art. 70 de la resolución comunal de la época se fijó, como condición "sine qua non", que el 15% de todos los concursos o llamado a aspirantes para cargos municipales fueran ocupados por hijos de funcionarios. La iniciativa fue "bombardeada" desde todos los ángulos y en especial por el Tribunal de Cuentas. Pese a esa pública resistencia se hizo oídos sordos y siguieron ingresando parientes. El "derecho hereditario" funcionó a la perfección. Intentamos indagar, en mala hora, porque...

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