La mano sana

Entre la frase hecha y la realidad hay una distancia. El borde de la lata ha visto pasar la mano más de una vez, pero esta se prepara para la próxima lata sin que nadie ose cortar la mano.Mucha frase y voz engolada pero la realidad dice que ningún dirigente del Frente Amplio o sindical fue hasta ahora echado de su partido o gremio una vez comprobados casos de corrupción. La inmensa mayoría, abrumadora, de los dirigentes del FA y los sindicalistas son honestos. Igual que el resto del sistema político. Pero esto no es decir nada, porque si hay que aclararlo quiere decir que la excepción es norma. No es ninguna virtud ser honesto, es el deber ser. Todas las organizaciones, públicas y privadas, están expuestas a sufrir fenómenos de corrupción. La diferencia no es entre quienes las sufren y las que están inmunes, que no las hay, sino en cómo tratan estos casos cuando los descubren. Si descubierto un caso un partido cobija, oculta, minimiza o ataca al resto en vez de hacerse una autocrítica y sancionar al corrupto, entonces esa organización no está sana. El Frente Amplio tiene un problema serio para enfrentar los casos de sus dirigentes que fueron procesados por hechos de corrupción por la Justicia. Tiene un reflejo autodefensivo que le está haciendo mucho daño, las falsas solidaridades con sus integrantes lo contagia y no hay derecho a que se deje contagiar porque miles de hombres y mujeres que votan y creen en ese partido esperan otra cosa.Desde los casinos municipales, PLUNA, y ahora ASSE, para decir los más notorios, la reacción fue defender en vez de condenar. Hasta marchas políticas de apoyo a los enjuiciados en una mezcla de frivolidad y soberbia política llegaron a hacer. Esto de ASSE es un escándalo y lo peor es que lo sabían y no se...

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