Oposición, prensa, herencias y tropiezos de una gestión

Los pretextos que acompañan, como pretendida justificación, el fracaso del gobierno frentista, y la claudicación de sus utopías revolucionarias, se deslizan siempre hacia los mismos argumentos: la herencia maldita dejada como severo lastre por los gobiernos anteriores, a la oposición que combate sin fundamento ni sentido bloqueando las iniciativas, y a la prensa que critica, exagera y alarma, generando inquietudes injustificadas.Lo de la herencia maldita se desvanece solo con la cruda realidad de casi 25 años de gobierno municipal que sufre Montevideo, convertida en un basural y con un tránsito caótico, manejando un presupuesto millonario en dólares que extrae de los contribuyentes, sin prestar servicios acordes a la exacción tributaria. Si el desastre lo empezó Vázquez al ceder ante Adeom, sus sucesores se encargaron de continuar y aumentar esa fabulosamente cara ineficiencia.La carga permanente a la oposición nos muestra varias cosas. En primer lugar, la frágil memoria de quienes se opusieron como sistema a toda iniciativa de gobiernos colorados y blancos y ahora reclaman contra lo que ha constituido su propia estrategia política. Además, el caso de Bonomi, lamentando que se afecte al turismo con las críticas a la inseguridad, revelan el olvido del famoso "verano caliente", anunciado por los tupamaros para impedir con esa amenaza la concurrencia de turistas a Punta del Este, lo que es pauta de su harto conocido doble discurso.LA MEMORIA.Luego se parece olvidar, por parte de los frentistas que la oposición les ha votado cargos (entre otros Fiscal de Corte, Universidad Tecnológica) y ha acompañado leyes, cuando advierte su conveniencia para el país. Pero obviamente no oculta los desaciertos, los acomodos, las irregularidades, los gastos excesivos, el manipuleo de las cifras, el maquillaje de la inflación, la insoportable carga tributaria y el desdén por el orden normativo.Porque esa es la función de la oposición: de contralor y el límite, que se debe imponer a una gestión desprolija, ineficiente y desacertada que carece de la menor autocrítica. Así sobran los nombramientos al margen de las disposiciones constitucionales sosteniendo que lo político está por encima de lo jurídico, lo que significa nada menos que la quiebra del Estado de Derecho. La frase fue pronunciada por el presidente José Mujica cuando se discutió en el Mercosur el ingreso de Venezuela luego de la expulsión de Paraguay. Y fue severamente rechazada y criticada por la oposición y también...

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