La era progresista

En 2004 los politólogos Adolfo Garcé y Jaime Yaffé publicaron un libro titulado "La era progresista" que dio pie a que se popularizara esa denominación para las administraciones del Frente Amplio. Desde el título los autores auguraban más que un gobierno, una era de gobiernos de esa coalición de partidos, lo que en 2009 pareció confirmarse.Lo que algunos datos de la realidad hoy parecen vislumbrar es que esa será más corta de lo previsto, ya que diversos factores coinciden en señalar que 2014 puede marcar el retorno de los partidos tradicionales. De confirmarse estaríamos frente a la brutal paradoja de que luego de dos administraciones con un crecimiento económico excepcional la gente le diera la espalda al Frente Amplio. ¿Cómo puede ser posible?Hay que comenzar por la constatación de que según las encuestas estamos presenciando un cambio de humor en el electorado. Solo por poner un ejemplo, la última encuesta de la consultora Cifra le otorga una ventaja de 5 puntos a los partidos de oposición sobre el oficialista. Por tanto, no sólo existiría una segunda vuelta en noviembre sino que tendríamos una nueva mayoría parlamentaria con buenas posibilidades de obtener la Presidencia de la República.También es claro que el electorado uruguayo no responde como se ha verificado en otros países premiando al gobierno por una buena coyuntura económica, aunque sí los ha castigado por una mala. En los 90, mientras la economía crecía, la pobreza bajaba y mejoraban todos los indicadores sociales, los partidos tradicionales decrecían y el Frente subía a razón de más de un punto por año. Así también ocurrió en 2009 donde el partido de gobierno bajó pese a la mejora de la situación económica. En 2014 vamos camino a repetir esa historia.El electorado uruguayo, a partir de estos hechos, parece no conformarse con un gobierno que logre hacer crecer la economía, quizá porque comprende que no se debe mayormente a sus méritos sino a condiciones internacionales, pero seguramente sea una mejor explicación que mira los resultados en los temas que realmente le importan.A nadie individualmente le mejora la calidad de vida que suba el PBI per cápita, pero sí se la deteriora que empeore la seguridad pública, la educación o la salud, por citar...