Agricultura jurídica: problemas de cultivo en el campo intelecutal de la FDER

AutorRamiro Castro/Matías Calero
Páginas3-15
AGRICULTURA JURÍDICA:
PROBLEMAS DE CULTIVO EN EL
CAMPO INTELECUTAL DE LA
FDER
El proyecto ContraArgumento es
un intento de ejercer la crítica desde la
perspectiva periodística que, mal o bien,
hemos llevado a cabo en las ediciones que
publicamos mensualmente desde abril
hasta setiembre de este año. Sin embargo,
decidimos interrumpir esta dinámica no
por falta de temas para abordar sino por la
dificultad que supone hacerse una
autocrítica, pues la presente publicación
que titulamos «Una edición para quemar»
(jugando con el primer capítulo de la obra
de Pierre Bourdieu «Homo
academicus»),
1
es una mirada hacia
nosotros mismos, hacia la academia
jurídica y sus particularidades.
Básicamente, es un viaje introspectivo que
pretende describir y valorar el campo
intelectual de la Facultad de Derecho.
Para definir qué es un intelectual y
un campo intelectual, debemos observar
sus características generales hasta llegar a
identificar algunos rasgos que singularizan
a la academia jurídica, que los buscaremos
en las relaciones internas y externas entre
los agentes del campo que repercutirán en
1
Bourdieu Pierre, Homo academicus, Ed.: Siglo
XXI Editores, 1ª edición, Buenos Aires, 20 14, pág.
16.
la producción y circulación de las obras
jurídicas.
Iniciemos por lo más abstracto, en
principio un intelectual podría definirse
como una persona que desempeña una
actividad con la cabeza más que con las
manos; no obstante es muy vaga, pues
siendo el pensamiento una función
fisiológica es difícil hallar alguna
actividad humana en que ― mínimamente
― no intervenga. Por eso es necesario
seguir podando las ramas de este árbol.
Considerando lo anterior podemos
afinar un poco más el concepto y decir
que el intelectual es aquél que más allá de
la actividad que realiza, estudia y se
dedica al conocimiento como una forma
de participación en la sociedad. En otras
palabras, es aquél que a través del
conocimiento pretende conquistar
determinados efectos sociales; para darte
algún ejemplo se me vienen a la cabeza
Varela, Vaz Ferreira, Gandhi, Malcom X,
Tesla, etc., etc. Pero desde esta
perspectiva poco se diferenciaría el
intelectual del buen ciudadano. Por lo
tanto, debemos seguir con la poda, puesto
que llevar adelante una actividad
intelectual con pretensiones sociales por sí
sola no alcanza, ya que sin una estructura
de poder que dote sus opiniones de
autoridad, difícilmente se obtendrían las
consecuencias perseguidas.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR