Las construcciones de la legitimidad

Páginas19-24
LAS CONSTRUCCIONES DE LA
LEGITIMIDAD*
Ramiro Castro
19
Qué es la legitimidad y cómo se construye
No escapa a nadie que el funcionamiento democrático implica, entre otras
cosas, tomar (al menos) decisiones importantes por mayoría, ya sea en la
barra de amigos para decidir cuándo se hace un asado, en el aula para definir
el destino del viaje de fin de año, en el sindicato para tomar alguna medida o
en el Parlamento para votar una ley. A partir de este saber común y popular
de lo que supone la Democracia, se sacan un poco a la ligera conclusiones
como por ejemplo: que la mayoría tiene la razón, que los votos en las
instancias electorales avalan promesas de campaña o los programas de los
partidos políticos, y una larga lista de etcéteras que presentan como común
denominador una apelación a la legitimidad como respaldo popular en las
urnas o en las encuestas; lo expresado en términos matemáticos se puede
traducir en: respaldo popular = legitimidad.
Este tipo de creencias comunes son habitualmente muy bien explotadas por
los políticos o cualquier persona que habla de política partidaria como si
hablara de Política; por eso en ContraArgumento exploraremos nuevamente
los usos discursivos de la legitimidad, pero esta vez no lo haremos desde sus
estrechas y delicadas relaciones con la legalidad, sino enfocándonos en cómo
se construye; para lo que será ineludible recurrir a la historia reciente local y
de la región.
En otras oportunidades definimos a la legitimidad como la correspondencia
de las decisiones de los gobernantes con los aspectos ideológicos, morales o
religiosos de la sociedad que gobiernan. De ahí que cualquier
emprendimiento estatal trascendente para la ciudadanía debe justificarse
desde alguno o varios de aquéllos para obtener la aceptación de las medidas
tomadas (1). Por lo tanto, el concepto de legitimidad no basta para
desentrañar los mecanismos empleados para su construcción pero nos da
alguna pista. Por un lado, alcanza para explicar que la creencia de que el
respaldo popular = legitimidad no es tan disparatada, puesto que las razones, la
fe o los dogmas que motivan a la población a apoyar una medida
gubernamental pueden objetivarse en las opiniones favorables o
desfavorables que luego se miden en encuestas y/o en las urnas. Sin embargo,
querer explicar desde el concepto de legitimidad cómo se llega desde el
*Este artículo fue publicado en la 18ª edición de ContraArgumento, correspondiente al mes de febrero
de 2021.

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