Economía, tributos y gasto público en el marxismo

AutorAndrés Blanco
CargoDocente del Instituto de Finanzas Públicas, Facultad de Derecho de la Universidad de la República (Uruguay).
Páginas15-41
RUPTURA | Una Revista Interdisciplinaria de Análisis Jurídico 15
1. La teoría marxista en general
1.1 Delimitación del “marxismo” a efectos de este análisis
Como lo han indicado con todo acierto Atienza y Ruiz Manero1, y no obstante compar-
tir “rasgos de familia” trascendentes (empleando una famosa expresión de Wittgenstein),
lo cierto es que la denominación “marxismo” dista mucho de abarcar un conjunto homogé-
neo de discursos. En primerísimo lugar, el propio Marx no concibió su teoría de un solo
golpe, presentándola de una forma acabada y consistente de una vez y para siempre, sino
que ha adquirido carta de ciudadanía la visión de más de un Marx, según su tránsito por
diversas etapas que son origen de ideas cambiantes, cuando no contradictorias: así, se sue-
le decir que no es lo mismo el “joven Marx” de los “Manuscritos económico-filosóficos”,
que el “Marx maduro” del “El Capital”2. La cosa se complica todavía más si a los cambios
del pensamiento de Marx (incluyendo en él su colaboración con Engels), agregamos a los
autores autodenominados “marxistas”: esto es, a los teóricos que desde fines del siglo XIX
hasta hoy han tomado, con los más variados grados de intensidad y propósito, la obra de
Marx como base de análisis de fenómenos humanos tan diversos como la economía, la
sociedad, el Estado, el Derecho y hasta la psique, añadiendo filologías, reinterpretaciones o
combinaciones de Marx de los más distintos colores. La posibilidad de esclarecer qué es
ECONOMÍA, TRIBUTOS Y GASTO PÚBLICO
EN EL MARXISMO
Andrés Blanco*
* Docente del Instituto de Finanzas Públicas, Facultad de Derecho de la Universidad de la República
(Uruguay).
1 Atienza, Manuel y Ruiz Manero, Juan: “Marxismo y filosofía del derecho”, Fontamara, México,
2003, págs. 10 y 13.
2 Acerca de esta evolución del propio Marx me parecen sumamente interesantes las reflexiones de
Zapatero, Virgilio: “Marxismo y ética”, en AA. VV. “Socialismo y Ética: textos para un debate (selección
de textos, traducción e introducción por Virgilio Zapatero)”, Pluma-Debate, Madrid, 1980, págs. 20 a 28.
Sumario: 1. La teoría marxista en general. 1.1. Delimitación del “marxis-
mo” a efectos de este análisis. 1.2. Breve síntesis de la visión general del
marxismo de la economía. 1.3. La visión marxista de la sociedad en su
conjunto. 2. Los tributos y las finanzas públicas en el capitalismo según
Marx. 2.1. El papel de los tributos y las finanzas públicas en la obra de
Marx. 2.2. Observaciones acerca de la actitud de Marx hacia los tributos
y el gasto público. 3. Algunos desarrollos de la teoría de Marx aplicados
a los tributos y el gasto público. 3.1. Teorías monetarias alternativas y
finanzas públicas. 3.2. Contribuciones marxistas a las políticas fiscales
aplicadas a las relaciones económicas internacionales. 3.3. Contribucio-
nes del marxismo a la explicación de la traslación e incidencia de los
tributos. 3.4. Análisis marxista de la redistribución a través de los tribu-
tos. 3.5. Función ideológica de los tributos y el gasto público. 3.6. Tribu-
tos y economía socialista.
Una Revista Interdisciplinaria de Análisis Jurídico | RUPTURA
16
exactamente “marxismo” termina de ensombrecerse si a las tendencias anteriores, formu-
ladas con intenciones explicativas de los diferentes objetos indicados (lo que podemos lla-
mar “marxismo teórico”), sumamos el seguramente menos interesante en lo conceptual,
pero sin dudas más famoso para el público, “marxismo político”: esto es, los programas de
acción, normalmente vinculados a agrupaciones políticas, o incluso las doctrinas oficiales
de Estados, que han invocado en diversos grados la inspiración de Marx. Por si faltara
poco, la distinción y contradicción entre marxismo “teórico” y “político” es visible en la
obra del propio Marx, quien se ocupó tanto de la elaboración de teoría como de la confec-
ción de uno o más programas de acción política de diversas agrupaciones.
Con estos antecedentes, pretender hacer una reflexión sobre la economía, los tributos y
el gasto público a la luz del “marxismo”, al barrer, constituiría un error tan grueso como
imperdonable. Siendo, por otra parte, tan disparatado como inútil un intento de recons-
trucción filológica de los mil marxismos, se impone una depuración del marco de referen-
cia de este trabajo. En primer término, no tomaré para nada en cuenta el “marxismo políti-
co”, centrándome en su lugar en trabajos de sesgo teórico del propio Marx y de algunos
autores marxistas. Ello porque, a mi entender, el marxismo político comprende doctrinas
nacidas de la praxis inmediata con el fin de justificarla a posteriori, por lo que creo que su
racionalidad y valor teoréticos son sumamente reducidos, como lo demostró el “marxismo
soviético” desde fines de la década de 1920 hacia adelante3. No obstante, evitemos malenten-
didos: cuando digo que dejaré de lado de mi análisis el “marxismo político”, ello sólo com-
prende a los programas adoptador por agrupaciones políticas o Estados autocalificados
como “marxistas”, pero de ninguna manera excluiré de mi trabajo las apreciaciones políti-
cas del marxismo teórico. En segundo lugar, y también para prevenir la multiplicidad de
marxismos teóricos, las reflexiones que siguen deberán entenderse efectuadas exclusiva-
mente dentro de los límites de los trabajos citados en cada ocasión.
Ciertamente la distinción entre “marxismo teórico” y “marxismo político” que acabo de
proponer seguramente no sería aceptada por buena parte de los marxistas. Y ello aunque la
distinción no implica profesar –me apresuro a decir- un optimismo ingenuo en cuanto a la
separación entre teoría y praxis; antes bien, el énfasis en el rigor del conocimiento teórico
debe verse como una actitud basada en la constatación de la dificultad extrema, cuando no la
imposibilidad, de separar efectivamente teoría y praxis. Sin embargo, me parece indudable
que siquiera en el plano de las motivaciones, las doctrinas elaboradas con el fin de guiar
acciones de grupos políticos (partidos, sindicatos, etc.) tienen un grado de reflexión mucho
menor que cualquier elaboración teórica, cualquiera sea su sesgo, y son paralelamente mu-
cho menos permeables (o directamente son impermeables) a la crítica. Epistemológicamente
eso les resta de antemano el carácter científico y les acerca a la figura –a propósito, central en
el análisis marxista- de la ideología, que será comentada en el apartado 1.3.
3 Esta característica del marxismo como programa político, especialmente como “doctrina oficial de
Estado”, fue señalada desde una óptica no marxista, por Kelsen, Hans: “La teoría comunista del derechoy
del Estado”, Emecé, Buenos Aires, 1957, págs. 87 a 89; desde dentro de una perspectiva autoidentificada
como marxista por Marcuse, Herbert: “El marxismo soviético”, Alianza, Madrid, 1969, por ejemplo págs.
17 a 21, y –sobre todo- 90 y ss. Me interesa particularmente destacar que Marcuse sostiene que el marxis-
mo oficial soviético, especialmente a partir de Stalin, fue una cosa radicalmente distinta a la teoría de
Marx, puesto que se convirtió en una “ideología” en el sentido –valga la paradoja- marxiano del término:
se habría tratado de sistemas de ideas que no tendían a explicar nada, sino a impulsar la conducta en un
sentido conforme a los requisitos de la estructura de producción económica imperante.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR