La enseñanza con la menor cantidad de exámenes posibles. La docencia y la profesión con la exigencia del gendarme interior. Entrevista realizada por Dr. Jorge Negreira a Enrique P. Haba Mu?ler

AutorDr. Jorge Negreira
Páginas157-172
Entrevista a ENRIQUE PEDRO HABA MÜLER 157
Enrique Pedro Haba Müller es un abogado, egresado de la Universidad de la
República, que en el año 1970 decidió estudiar en Europa, con el fin de luego regre-
sar e integrarse a la cátedra de Filosofía de Derecho, de la cual ya formaba parte
antes de partir. Pero las circunstancias lo llevaron a otras costas, precisamente las de
Costa Rica, donde hoy es catedrático de su Universidad. Venido a Uruguay a ins-
tancias de la Asociación de Escribanos del Uruguay, para dictar una serie de confe-
rencias tituladas «Invitación al razonamiento jurídico realista», dialogó con «Estado de
Derecho» y con los profesores Oscar Sarlo y Luis Meliante: sobre su doctorado en
París bajo la dirección de Michel Villey, la libertad, la interpretación del derecho, la
docencia y sus cursos en Costa Rica, entre otros temas. Durante su estadía fue desig-
nado Miembro de Honor del Instituto de Filosofía y Teoría General del Derecho de
la Facultad de Derecho de la Universidad de la Republica.
DOCTORADO EN PARÍS
– ¿Le parece comenzar preguntándole qué fue lo que lo decidió a dejar el país
y cuál era su objetivo?
Es un buen punto de arranque. Recibí mi título de abogado a principios de 1967;
pero, realmente, no me gustaba el ejercicio de esta profesión. Una vez obtenido ese
título, efectué un largo viaje de paseo, donde hago anclajes en México, EE.UU., Eu-
ropa y finalmente Brasil. Regreso a Montevideo en 1968 (creo que hacia marzo);
entonces me integro a la Cátedra de Filosofía del Derecho y a la de Teoría General
del Derecho, donde llego rápidamente a la categoría de Profesor Adscripto (1969 y
1970, respectivamente).
Obtengo la posibilidad de estudiar en Europa, mediante una beca de la Embaja-
da de Francia; y me voy hacia el último trimestre de 1970. Estando allí surgen luego
los acontecimientos políticos de aquí, el golpe de Estado y todo lo demás. Si bien yo
no tenia militancia política activa, no estaba en ninguna lista negra (supongo que,
quizás, en alguna marrón), de todas maneras no tenía mayor sentido por entonces
volver a radicarme en Uruguay, pues estaba cerrada totalmente la posibilidad aca-
démica (al menos tal como la concebía yo, de acuerdo con el modelo de Universidad
en que me formé).
LA ENSEÑANZA CON LA MENOR CANTIDAD
DE EXÁMENES POSIBLES. LA DOCENCIA Y LA PROFESIÓN
CON LA EXIGENCIA DEL GENDARME INTERIOR*
(Con esta expresión resumió Haba cómo busca inspiración para su labor académica)
*Versión revisada por el Prof. E.P. Haba del texto aparecido, bajo esos títulos, en el periódico
«Estado de Derecho», 29-12-2005 (págs. 24, 12 y 13) Montevideo. La entrevista fue realizada en Montevideo
por el Dr. Jorge Negreira, director de Estado de Derecho.
Ruptura | año 7, número 8 ISSN 1688-8162
Págs. 157-172
Entrevista a ENRIQUE PEDRO HABA MÜLER
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– No era un tiempo de filosofía...
Bueno, sí... Pero culmino mi estadía en Europa en el año 1977. Vuelvo a Uruguay,
pero para lo que a mi me interesaba no se prestaba la situación. Veo entonces las
ofertas que se me presentaban en América, que fueron concretamente dos: para
México y para Costa Rica, debido a vinculaciones mías con algunas personas durante
mis estudios de Doctorado en París. En principio me iba a ir a México; aquí en Mon-
tevideo estuve unos meses sin trabajar.
– Viendo su bibliografía, tiene algunos trabajos de esos años publicados más
tarde.
Sí, pero es que los había hecho antes de irme. Había presentado cinco estudios a
un concurso de la Facultad de Derecho, que nunca se fallaron; los había realizado
básicamente como estudiante.
– ¿Qué pasó después?
Saqué un pasaje a México. En aquella época, Pan American viajaba hacia allí des-
de Montevideo, haciendo escala en Costa Rica. Bajé ahí, para ver qué pasa, y rápida-
mente me ubico en la principal Universidad; ellos me hacen una oferta de trabajo, no
muy brillante económicamente, pero aceptable. Y me encontré muy cómodo allí,
sobre todo por la libertad de que disponía. Siempre he apreciado máximamente
esto, poder trabajar con libertad. De todas formas, meses después voy a México,
donde me mantienen una oferta superior económicamente. Pero aceptarla no me
hubiera permitido desenvolverme con la libertad que tenía en Costa Rica, por cual
dejé definitivamente de lado esa posibilidad.
Años después, cuando en Uruguay la situación más o menos se enderezó, yo ya
estaba muy arraigado en Costa Rica: tenía mi vida hecha, también la privada (casa-
do, tenía hijos), estaba muy cómodo en general. Y lo cierto es que tampoco nadie me
hizo una oferta para regresar; por tanto, en caso de regresar, habría tenido que vivir
simplemente de la profesión de abogado, lo que yo no quería.
— ¿Cómo alcanza a cursar el Doctorado en Paris?
Es que mi beca era para eso.
— Claro, ¿pero cómo accedió a la beca, fue a través de nuestra Universidad?
No, fue por medio de la Alianza Francesa.
— ¿Cuánto tiempo dura su formación allí?
Cerca de cuatro años. Pero ni siquiera terminé en ese tiempo mi tesis, era demasia-
do ambiciosa. De enganche conseguí la condición de investigador de la Fundación
Alexander von Humboldt; entonces me fui a Alemania (mayo de 1974) con un proyec-
to de investigación cuya temática hice coincidir con la de la tesis que tenía pendiente
en Francia. Así fue cómo la vine a terminar de hacer en Alemania: leía en alemán y
escribía en francés, mi bibliografía fue básicamente de textos en alemán. Termino mi
labor en Alemania en marzo de 1977 y regreso a París para sostener esa tesis.

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