Hacerse (del) cargo: Las dificultades del Gobierno para poner al Estado en funcionamiento

AutorMatías Calero
Páginas5-8
Hacerse (del) cargo: Las dificultades del
Gobierno para poner al Estado en
funcionamiento Por Matías Calero
A poco más de cuatro meses de su asunción, el actual gobierno ha tenido problemas
serios para cubrir cargos en entes autónomos y servicios descentralizados. A nivel del
Poder Ejecutivo, la distribución y el funcionamiento de las carteras ministeriales entre los
miembros/socios de la Coalición Multicolor no han estado exentos de problemas,
rispideces e inestabilidades. La reciente renuncia de Ernesto Talvi a su cargo de Canciller
es la expresión más intensa (y reciente) de este fenómeno, pero no la única.
Ahora bien, una pregunta surge con fuerza: ¿cuál es la razón de estos problemas? El
presente artículo intentará responder a dicha interrogante desde tres planos: a) un plano
técnico-burocrático marcado por las dificultades de selección de personal dentro de las
filas de los partidos que conforman la coalición de gobierno; b) un plano político-
ideológico, determinado por las diferentes visiones y posturas ideológicas que conviven
dentro del gobierno, así como también por la incompatibilidad de los intereses de los
miembros de la Coalición Multicolor a corto plazo; c) un plano institucional-orgánico, el
que se resume en una carencia de organismos y autoridades vinculantes para éstos.
Todos estos años de gente
Todos los Príncipes tuvieron sus escribas y consejeros. Desde los mandarines chinos y los
escribas egipcios hasta los nobles cortesanos, la burocracia ha sido un elemento
ineludible de la vida política organizada. La división del trabajo (que tanto beneficio
genera en el sector privado) abarca también a la esfera pública. No obstante, los estados
contemporáneos (extensos y pesados) se caracterizan por una demanda ingente de
funcionarios públicos gracias a la importante cantidad de funciones y tareas que
componen lo público. En atención a esa situación, los funcionarios públicos se dividen en
funcionarios de carrera, cuyo ingreso fue motivado por alguna forma de concurso u otro
procedimiento competitivo; y funcionarios políticos cuyo ingreso está determinado por
una voluntad político-partidaria, al margen de cualquier procedimiento de selección y
contratación predeterminado. De esta manera, la Administración Pública posee un
conjunto estable de funcionarios, independientes de los cambios de gobierno. Así, los
partidos políticos sólo deben preocuparse por la selección de un conjunto marginal del
funcionariado. No obstante, ese conjunto es cuantitativamente despreciable pero
cualitativamente trascendente puesto que los cargos que deben llenarse mediante
decisiones políticas son los de tipo jerárquico, vitales para el funcionamiento regular de
cualquier dependencia estatal. De ahí su trascendencia.
ISSN: 2393-7955 -5- AÑO III / N° 25 / JUNIO 2020

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