Larrañaga, el cura que siempre vuelve

AutorMartín Bentancor
Páginas39-41
Contraargumento/ Año III/ N°20/ Enero 2020
LARRAÑAGA, EL CURA QUE
SIEMPRE VUELVE
___________________________________
Martín Bentancor
ace poco, la Biblioteca Artigas editó el Diario de Historia
Natural 1813-1824, de Dámaso Antonio Larrañaga y, para variar,
nadie pareció darse por enterado.
El libro, que cuenta con un preciso prólogo de Ariadna Islas, acerca
al siglo veintiuno una muestra más de la exactitud en el registro del
padre Larrañaga, conformándose en un volumen no solo de interés
para estudiosos en la materia (zoólogos, biólogos, docentes de
Historia) sino para cualquiera que se interese por las raíces
profundas de esta entelequia llamada Uruguay, que tuvo la fortuna
de contar, entre tanto tirano alzado, entre tanta soldadesca
desparramada, entre tanto manoseo infame de potencias, banqueros
y dictadores, con un intelectual de fuste y un humanista de la altura
de don Dámaso Antonio.
Un auténtico hombre del Renacimiento en las costas del Plata, con
religioso atuendo y con escasa visión, inquieto por naturaleza,
asombrado ante cada contingencia del mundo, detallista hasta la
obsesión, ávido lector, acomodaticio a los gobiernos de turno,
incomprendido por los brutos y reverenciado por los que
ostentaban el poder, Dámaso Antonio Larrañaga (1771-1848) fue
mucho más que un cura montevideano; la diplomacia, la política, la
botánica y la zoología fueron algunos de sus centros de interés, pero
H
39

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR