Lo que está mal de la 'ley trans'

El derecho a ser". Así titulaba La Diaria su edición de ayer, en lo que se buscaba un tono de festejo por la aprobación de la llamada "ley trans". Ese título refleja un error básico que tiene mucha gente bien intencionada sobre como funciona un sistema liberal democrático. Y en general el debate sobre el tema, deja en evidencia una serie de vicios importantes que padece nuestro sistema político desde hace tres períodos, y que representa una seria amenaza a futuro para el clima de convivencia.Sobre lo primero, resulta asombroso que alguien crea que una ley puede otorgar a alguien el derecho a "ser". Ni siquiera cuando hablamos de opciones de tipo sexual. No vamos a narrar toda la evolución política occidental de los últimos cuatro siglos, pero las leyes y hasta la Constitución no crean derechos como a la vida o a la libertad individual, simplemente los reconocen como algo preexistente, y obligan a los estados nacionales a respetarlos y a hacerlos respetar.Esto es algo que no es materia de discusión, salvo entre quienes tienen una formación marxista, y que desconocen la calidad suprema de la libertad personal, entre lo que figura el derecho de cada uno a hacer con su vida lo que guste, en tanto no perjudique a terceros. Es por ello que de ese nicho provienen todos estos debates estériles y polarizantes. De la misma forma que hace apenas medio siglo para un dirigente comunista era normal enviar a un homosexual a un campo de reeducación, hoy se cree que hace falta una ley para que alguien pueda "ser".Ahora bien, al menos por el espíritu de lo que han dicho sus impulsores, esta ley buscaría mejorar la calidad de vida de un grupo especialmente vulnerable de la sociedad. ¿Quién se puede oponer a eso? Nadie. ¿Por qué entonces hay tanta polémica? Por lo siguiente.Si la intención real fuera la que se dice, el camino racional hubiera sido que algún legislador sensibilizado por esta problemática se hubiera plantado en la comisión legislativa del caso y hubiera dicho "muchachos, me preocupa lo que está pasando con este grupo de uruguayos que no pueden realizarse como los demás por esto, por esto y por esto". "Ok", le dirían sus compañeros de comisión, "¿qué podemos hacer para ayudar?". "Podemos hacer tal y cual". "Mirá, esto me hace ruido, ¿qué te parece si vamos por este otro lado?". Así se llegaría a una solución que dejara a todos contentos. Así funciona una democracia.Lo que pasó fue bien distinto. Aterriza en el Parlamento un proyecto...

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