Retrato de un escribiente cachorro

AutorCarlos Diviesti
Páginas23-26
Retrato de un escribiente cachorro
Por Carlos Diviesti
Cuando era chico me gustaba pararme en los kioscos de la estación y mirar las tapas de
las revistas, sobre todo las de historietas. En esos tiempos había algunas muy populares
(que ya eran populares durante la niñez de mi papá, aunque no fueran estrictamente para
niños) como «El Tony» y «D’Artagnan». A mí me gustaba «El Tony» porque sus álbumes
traían adaptaciones de películas, y eso me permitía conservar en papel películas ya vistas
como «Las aventuras de Tom Sawyer» («Tom Sawyer», EE.UU., Don Taylor, 1973), o
acercarme a otras que eran prohibidas para menores y que no podía entrar a ver al cine,
como «El expreso de Chicago» («Silver streak», EE.UU., Arthur Hiller, 1976) o «La última nieve
de primavera» («L’ultima neve di primavera», Italia, Raimondo Del Balzo, 1973). Hablamos de
hace unos cuarenta y cinco años atrás; yo tenía entre siete y ocho años, la edad en que
los recuerdos (si uno quiere o si la química del cerebro lo permite) se vuelven indelebles.
Del mismo modo que entonces uno empieza a preocuparse porque no puede verse a sí
mismo más que frente al espejo, me preguntaba en aquellos tiempos si las películas eran
verdaderamente como yo las recordaba. En ese sentido el cine es el primero que me
impulsa a ejercitar la memoria con esfuerzo de deportista.
Pues bien. Como no pedía chocolates en invierno o helado en el verano cuando íbamos
de paseo a la estación Lanús, mi mamá me compraba revistas o libros en los kioscos. Hoy
me arrepiento mucho de no haber guardado las revistas porque ya no confío en la certeza
de mis recuerdos. Me arrepiento de no haber guardado esos números sobados de «El
Tony» como tampoco la parva de programas de mano de los cines de mi barrio. Perdón.
La maestra nos insiste en que no le digamos barrio a Lanús porque Lanús es una ciudad
(1). En Lanús había cuatro cines muy cercanos a la estación, dos en Lanús Oeste y dos en
Lanús Este. Los de Lanús Oeste eran el Gran Ópera (Av. Hipólito Yrigoyen -ex Pavón-
4319), y el Palacio del Cine (Av. Hipólito Yrigoyen 4450); los de Lanús Este eran el
Sarmiento (Av. 9 de Julio -ex José C. Paz- 1487), y mi tercer hogar, el Rex (Ituzaingó 1088).
También hubo otro, muy alejado de la estación, en Villa Industriales, al que fui una sola vez
en mi infancia: el cine Las Flores (Coronel D’Elía 1649); en ese cine vemos mi mamá, mi
hermana y yo «Cantando bajo la lluvia» («Singin’ in the rain», EE.UU., Gene Kelly y Stanley
Donen, 1952) y «El mago de Oz» («The wizard of Oz», EE.UU., Victor Fleming, 1939) la
semana siguiente a que no nos dejen entrar en el Palacio del Cine porque «Cantando bajo
la lluvia» completaba el programa del estreno de «El sordo Smith y su amigo Orejas» («Deaf
Smith & Johnny Ears», Italia, Paolo Cavara, 1973), que era Prohibida para menores de 14
años. Mi mamá quería que viéramos «Cantando bajo la lluvia», su película preferida junto
con «El gran Caruso» («The great Caruso», USA, Richard Thorpe, 1951); mi mamá
ISSN: 2393-7955 -23- AÑO III / N° 25 / JUNIO 2020

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