Un artista joven con un lenguaje muy propio

Alguien ha dicho que Joaquín Lalanne tiene impronta de maestro y al ver sus obras uno tiene que coincidir. Hay en su trazo y en su universo, una cosa de madurez que parecería imposible: este artista uruguayo tiene 24 años. Y una obra elogiada.

Lalanne vive hace cinco años en Cadaqués, un lugar en el que el espíritu de Salvador Dalí parece absorberlo todo. Es una referencia directa en alguna de sus obras, pero eso es inevitable: Cadaqués es el paisaje del surrealismo y lo que uno creía mundos imaginados, dice, están ahí palpables en ese pequeño pueblo catalán. "Dalí es ese paisaje", dice y muestra algunos cuadros que tienen claramente una influencia surrealista.

Lalanne llegó a Cadaqués por invitación de Ignacio Iturria. "Yo siempre digo que él me vio venir de lejos", dice. Lo conoció en París, durante un viaje familiar y terminó visitándolo en su taller parisino y recibiendo una invitación imposible de rechazar: "Si vas a España me llamás y te venís a Cadaqués", donde Iturria tiene su estudio. "Al año siguiente tuve la suerte de ir a España y me largué", dice Lalanne. "Cuando llegué me dijo bueno ponete a pintar y después capaz que hablamos. Por cinco días no me habló. Yo alucinaba. Pero después de esos cinco días empezamos a tener terrible relación".

Cuando terminó una beca de residencia artística en Cordoba en la fundación del escritor Antonio Gala otra vez intervino Iturria. Llamó a la casa montevideana de Lalanne invitándolo a ir a trabajar a Cadaqués. Un buen artista sabe aprovechar una buena oportunidad cuando la tiene enfrente.

Desde entonces dedica nueve horas diarias a su obra que ya ha estado colgada en tres exposiciones individuales en España, las tres convertidas en éxito de ventas.

El primer acercamiento de Lalanne al arte fue a través de la orfebrería con el maestro Francisco Solari, quien le arrimó, además, sus primeros libros de arte. Allí descubrió a Picasso, como todos, pero rápidamente se vio seducido por Jean-Michel Basquiat, el primitivista estadounidense. Una forma rara de entrar.

Después vino el aprendizaje más formal. Estudió en los talleres de Alvaro Amengual ("me dio una sensibilidad con respecto al arte del Renacimiento, y me enseñó a descifrar a riqueza del arte de pintar"), Clever Lara ("me dio más rigor en el dibujo y en la composición") y Oscar Larroca ("con quien más avance académicamente en el...

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