En 1850 nuestra bahía ya contaba con medio centenar de muelles operativos

En su origen casi todas esas tierras que bordean la bahía habían sido concedidas por el director de las Provincias Unidas del Río de la Plata al Brig. Gral. Don Francisco Xavier de Viana en 1814 (hijo del goberador de Montevideo), en recompensa a sus servicios prestados a la causa de la indepencia nacional y americana (de Argentina). > > El suceso en sí es una historia fascinante, pero lo es más que esas tierras se hayan convertido en 78 parcelas que bordeaban la bahía y estas en potenciales minipuertos, valiosísimos apoyos a favor de la incipiente industria y comercio de la que iba a ser nuestra próxima flamante república. Esos terrenos orillando las aguas de la bahía tenían una disposición notable para instalar muelles y así fue que se hizo.

Despues de adjudicadas estas tierras a Javier de Viana, suponemos que a su muerte sus descendientes, allá por el año 1833, las parcelaron y delimitaron con precisión, siendo vendidas luego, incluso por el propio gobierno oriental, a inversionistas privados locales y extranjeros. > > Fueron propietarios de estas tierras importantes personalidades sociales de la época, empresarios y casas comerciales extranjeras los que invirtieron en el Uruguay. Esas tierras que estaban en contacto con las aguas de la bahía, solares tocando el agua que eran privilegiados e ideales para la instalación de muelles, obviamente en negocios que tuvieran relación con carga y descarga de productos en operaciones de importación y exportación. > > Para instalar el muelle había que solicitarlo, y así se hizo; casi todos lo tenían a mediados del siglo XIX. Actuaron como escribanos Francisco D. Araúcho, Tomás de Tezanos, importantes personajes públicos como Francisco A. Vidal y Joaquín Suárez, designados por el gobierno para actuar como tasadores en el valor de los terrenos ubicados en el Cerro. > > Hubo terrenos, propiedad de Emilio Reus comprados a Juan B. Capurro, que cuando quebraron sus empresas y negocios fueron adjudicados al Banco Hipotecario del Uruguay para el pago de deudas al Banco de la República. Los Pérez Montero fueron propietarios de algunos solares, los Lussich, Juan V. Calcagno, muchos ingleses residentes en su país o sus viudas, los Real de Azúa, los Salvañach, Agustín Guarch, Herrán, Casaravilla, Durán y Vidal, Senen Rodríguez, Hoffman, los Cibils, los Aguirre, el saladero de Antonio Serratosa, etc. > > Para comenzar digamos que el primero de los terrenos fue vendido a la compañía alemana de tranvías de...

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