¡2 millones 700 mil!

Apenas uno leyó eso, le asaltó el recuerdo de cómo en el ambular ciudadano bajo la dictadura, nos conmovía enterarnos de que no llegábamos a 3:000.000. Y efectivamente, repasando la página web del hoy Instituto Nacional de Estadística se nos confirma que entre 1963 y 1975 habíamos pasado de 2:585.510 a 2:788.429, aumentando en 12 años doscientas mil personas, exactamente 202.919. Si ese ritmo de crecimiento nos parecía exiguo y ¡si es que algo público todavía nos estremece!, ¿qué podremos sentir ante una proyección demográfica que predice que en los próximos ochenta años hemos de bajar de los flacos 3.286.314 del último Censo realizado en 2011, a las mismas cifras poblacionales que teníamos cincuenta años atrás? ¿Qué es esto sino un nuevo Barranca Abajo?> > Las cifras nos pronostican que en las próximas ocho décadas en el Uruguay habrá mucho más de medio millón de personas menos: con precisión 586.314. ¡Y eso es un escándalo! Sí: un escándalo que debe imponer a todos una revisión muy anterior a los análisis socio-económicos, a las definiciones doctrinarias y a los fanatismos ideológicos. En eso, hermano, estamos todos hermanados. Sin redundancia, porque los números nos confirman que estamos ante una reversión de la ley natural. "Creced y multiplicaos" es el mandato del Génesis.> > "La primera ley Creador, crear" proclama Rubén Darío en el prólogo de Prosas Profanas. Y no solo eso: hemos traicionado el apotegma que en 1853 estableció Juan B. Alberdi en sus Bases: "En América, gobernar es poblar".> > El mundo tiene el problema de qué hacer con la explosión demográfica, mientras nosotros como nación ya estamos enfrentando que venimos en caída. ¿Un grave problema para quienes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR