Proscripción de la lógica

Se ven por ahí actitudes a las cuales es imposible encontrarles, no digo justificación, pero ni siquiera una base lógica. Producen el estupor temeroso ante lo irracional.En el estado de Paraná, sur del Brasil, se produjo días atrás un motín carcelario. Los presos se apoderaron de las instalaciones, retuvieron de rehenes a dos guardias y mataron a cuatro reclusos, dos de ellos decapitados. El motín duró dos días, lapso en el cual los amotinados se dejaron fotografiar en los techos del penal, vestidos con sus uniformes naranja, las cabezas cubiertas por camisas blancas al estilo jihadista y enarbolando como trofeos las dos cabezas de sus, hasta dos días antes, compañeros de presidio. Dijeron que reclamaban por la mala comida y las condiciones de hacinamiento. Cuarenta y ocho horas después liberaron a los guardias, cedieron el control del edificio y permitieron el retiro y entierro de los cadáveres.Además de atroz, el episodio resulta irracional y absurdo. ¿Qué culpa o relación tenían los dos presos decapitados o los otros dos asesinados de modo convencional, con la mala calidad de la comida? ¿O con el hacinamiento? Uno puede aceptar una explicación para esa absoluta falta de lógica entre la acción emprendida y el resultado esperado imputándola al embrutecimiento y a la falta total de educación que se presume en la población carcelaria. Pero no es necesariamente así. Veamos.La misma falta de lógica y la misma incongruencia desalmada entre el tipo de acción elegida y el resultado esperado o reclamado se dio, también hace poco tiempo, en nuestro país y entre gente presumiblemente educada con particular primor. Semanas atrás una maestra fue agredida a cachetadas por la madre de uno de sus alumnos. Todo el país reprobó el hecho...

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