La hora de la definición

Se cierra una agotadora campaña electoral. A partir de mañana, con el comienzo de la veda electoral, se abre el vital espacio de reflexión para que la ciudadanía medite la decisión que llevará al cuarto secreto. Y que en este caso implica bastante más que designar a quien gobernará el país los próximos cinco años.Cualquiera que se haya tomado el trabajo de leer esta página en estos últimos tiempos, sabe claramente lo que se ha sostenido en cuanto a preferencias en materia electoral para estos comicios. También es verdad que muchos uruguayos que pueden no compartir estas posturas, acuden a estos espacios de reflexión, cada vez menos frecuentes en los medios nacionales, para analizar y sopesar su definición. Es a ellos a quienes desde el respeto y la consideración intelectual, están destinadas estas líneas.Es mucho lo que se juega el país en las elecciones de este domingo. Estos diez años de gobiernos frenteamplistas han tenido sus luces y sus sombras, pero han estado marcados por un proceso creciente de soberbia, de intolerancia. Acicateados por las mayorías absolutas legítimamente ganadas en las urnas, se ha venido perdiendo la perspectiva de lo que son los intereses de toda la sociedad, para concentrarse en una lucha intestina por cargos, por prebendas, por intereses sectoriales mínimos.Ese proceso se ha visto acompañado por el insaciable avance de pequeños grupos corporativos. Estos, aprovechando la influencia desproporcionada que le concede una coalición que ha preferido la paz interna a cualquier precio, que salir a negociar con el resto del espectro político, han ocupado espacios cada vez mayores para aplicar teorías sectarias, polarizantes, recetas ideológicas fracasadas una y mil veces.Cualquier ciudadano medianamente informado sabe de lo que estamos hablando. Son incontables las veces que las figuras más populares y respetadas del oficialismo han debido agachar la cabeza ante la fuerza de grupos minúsculos en lo electoral, pero cuya capacidad de presión interna en la fuerza política gobernante les da un nivel de influencia tan inaceptable como nefasto.Podríamos mencionar la crisis de la enseñanza como el gran paradigma de este drama. Dos gobiernos que contaron con dinero, con mayorías propias, y...

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