Cielo e infierno

La semana pasada, cuando Luis Suárez recibió la Bota de Oro al máximo goleador de Europa le dedicó el trofeo a los hinchas de Liverpool y a sus compañeros, jugadores y técnicos del equipo inglés. Además, fue el propio Suárez, quien pidió que fuera Kenny Daglish el primer entrenador que tuvo en los "reds", quien le entregara el trofeo.Con esa actitud, Suárez demostró ser agradecido. Y no solamente porque fue en Liverpool donde se convirtió en uno de los mejores delanteros del mundo, sino porque a pesar de los muchos inconvenientes que tuvo en la Premier League, los hinchas del club fueron fieles a su lema y a su himno y nunca lo dejaron caminar solo.El salteño llegó a Inglaterra en enero de 2011, desde el fútbol holandés. Liverpool pagó 26 millones y medio de euros por él, cifra que lo convirtió en aquel momento, en el fichaje más caro de un jugador uruguayo.Debutó con la camiseta número 7 de Liverpool el 2 de febrero de 2011 frente al Stoke City. Entró a los 63 minutos y 15 más tarde anotaba su primer gol, que le dio la victoria a su nuevo equipo. Esos minutos le bastaron para meterse en el corazón de una hinchada muy especial. Luego fue clave en su primer clásico frente a Everton, en el que provocó un penal y anotó el segundo gol para el triunfo 2 a 0 de Liverpool.En la octava fecha de esa misma temporada, 2011-2012, Liverpool recibió a Manchester United en Anfield. Fue empate 1 a 1. En ese partido, fue acusado de insultar con palabras racistas a Patrice Evra. Liverpool lo respaldó, pero la FA lo suspendió por ocho partidos y una multa de 40.000 libras.Fue su primer inconveniente en Inglaterra, que siguió con un gesto obsceno a la hinchada de Fulham y luego con la gran polémica de la temporada 2012-2013 cuando en un partido frente a Chelsea en Anfield, mordió a Branislav Ivanovic. La FA lo culpó de conducta violenta y lo volvió a sancionar, esta vez con 10 fechas de suspensión. Suárez no apeló y pidió disculpas públicamente al futbolista y a la hinchada.El delantero pudo haberse ahorrado algunos de esos problemas si al llegar hubiera conversado con María del Rosario Otatti, la única uruguaya que vive en Liverpool. Es economista y trabaja en una oficina del gobierno desde 2008. "En un momento éramos los Suárez, los Coates y yo, nada más. No tuve contacto con ellos cuando llegaron, se ve que en el club los cuidan mucho y no tuvieron necesidad. Si precisaban algo ellos sabían que yo estaba, pero tampoco quería ser pesada. A Luis recién lo conocí en...

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