Como antes, más que antes

La saga se llama Tonto y Retonto, así que a ese nivel deben ubicarse las expectativas. Veinte años después de la original que fue un buen ejemplo de cómo poner la escatología al servicio del golpe y porrazo los hermanos Farrelly sacan de nuevo a la carretera a sus dos personajes más reconocidos.

En los créditos finales se comparan escenas de las dos versiones para que quede claro que se trata de lo mismo contado diferente (bueno, de hecho no muy diferente).

Si le gustó la primera y 20 años después le siguen pareciendo extremadamente graciosos chistes con gatos drogados, besos desagradables, dobles sentidos demasiado obvios, bromas de muy mal gusto, flatulencias y dos personajes totalmente idiotas, va a volver a salir muy contento. Un catálogo como ese, de paso, sirve para alertar almas más serias. No hay derecho al pataleo cuando se va a ver algo así.

Es la vertiente más grosera de los Farrelly (que tienen otra línea: la grosera-romántica de Loco por Mary)...