Acá no hay cuento del Tío

Nunca le habían hecho tantos reportajes, notas y entrevistas como ayer. Ni siquiera cuando fue campeón de América con Peñarol en 1987. Es que el martes se oficializó: Carlos Sánchez es el nuevo gerente deportivo aurinegro y asumirá funciones el próximo lunes.Fue desde el principio el candidato del presidente Juan pedro Damiani, quien primero, en ocasión del alejamiento de Víctor Púa, le ofreció ser el coordinador de las divisiones formativas. "Cuando me llamó para decirme que se había ido Osvaldo Giménez, me sorprendió. Yo estaba abocado a preparar un proyecto para los juveniles", dice el "Tío" en su casa de la calle Scoseria y a una cuadra de la rambla de Pocitos.Al primer ofrecimiento Sánchez respondió afirmativamente enseguida, pero para el de gerente deportivo pidió unos días para pensarlo. "Era salir del perfil que tengo. Era estar otra vez a la palestra. Estoy muy contento pero, a su vez, sé de la gran responsabilidad que tengo. Creo estar a la altura de las circunstancias. Conozco muy bien al club en todos sus estamentos. Pienso que puedo dar una mano, por eso acepté. Este desafío me gusta más, porque es más grande. Y siempre me gustaron los grandes desafíos", agregó Sánchez.Es consciente que escuchará voces en contra y las mismas pueden argumentar que no tiene experiencia previa para ocupar un cargo tan importante en la institución. "No me capacité concretamente para este cargo, pero me he preparado en muchos temas que tienen que ver con la función. Por ejemplo, he realizado cursos y seminarios sobre preparación física, sin ser profesor. Me siento capacitado en lo futbolístico y tengo un gran conocimiento de Peñarol, del fútbol uruguayo y del de toda la región. Y, sobre todo, me tengo mucha fe", afirmó convencido el nuevo gerente.Lo que más le seduce de su nueva tarea es la elección de jugadores. "El desafío más grande es traer jugadores que puedan jugar en Peñarol. La elección de jugadores me apasiona. Es muy difícil jugar en Peñarol, se necesita mucha personalidad".Su última actividad fue en ProFútbol, la empresa que conduce uno de sus grandes amigos: Paolo Montero. "La gente que no me conoce puede tener algunas suspicacias, pero Paolo jamás me va a ofrecer un jugador basándose en nuestra amistad y yo tampoco lo voy a traer por eso".Una de las cosas que lo hizo dudar si aceptar el cargo fue que su vida familiar cambiará radicalmente. Ya no podrá disfrutar de ir a buscar a su hija Emilia a la escuela ni de compartir las tardes junto a ella y su...

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