Acuerdo en la bebida dejó inquietos a empresarios

Las principales cámaras empresariales siguen con preocupación el compromiso entre las empresas de la bebida y el gobierno para no trasladar a precios los aumentos acordados con el sindicato."No estamos de acuerdo con el control de precios, tampoco estuvimos de acuerdo cuando se hizo el acuerdo con los supermercados. Cada sector negocia lo que le favorece, pero como principio de Cámara creemos que el trabajo no va por ahí", aseveró ayer a El País la economista Ana Laura Fernández de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS).Desde la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) se sostiene una posición similar. No obstante, la institución estaba ayer de elecciones por lo que sus autoridades se abstuvieron de formular declaraciones hasta que asuman la nueva directiva la próxima semana.El miércoles, tras ocho horas de discusión entre el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y los principales referentes de las empresas de bebidas, quedó por escrito en el convenio salarial del sector el compromiso de no incremen-tar los precios por efecto del aumento salarial acordado.El convenio aprobado en la madrugada de ayer jueves está compuesto por la fórmula que presentó la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB) en la que resigna la base inflacionaria de 7% y asume una de 5% a cambio de tres partidas fijas.A esto se agregan dos frases de común acuerdo entre las empresas y el gobierno. El texto, al que accedió El País, dice que las empresas mantendrán las "políticas de precios en tanto no se presenten cambios que afecten el negocio".Con esa frase el gobierno se dio por satisfecho, aprobó el convenio colectivo y así lo dejó estampado en el acuerdo: "El Poder Ejecutivo interpreta que la declaración del sector empresarial determina que no serán trasladados a precios aquellos costos relativos al crecimiento del salario real", consigna el gobierno en el convenio.CHOQUE. En la división de estudios económicos de la CNCS el acuerdo se observa con preocupación, ya que "no es una buena señal, es una intromisión al negocio y a la ecuación de rentabilidad del propio empresario", afirmó Fernández.Los comerciantes temen que la fijación de límites a los precios pueda generar desempleo. "Los precios se ajustan por cantidad o por precios, si ponen un tope al precio habrá que ajustar por una baja en la cantidad de producción y eso va a incidir en una baja de la mano de obra", advirtió la economista."No considero que sea un elemento positivo que se comience a...

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