El ahogo de la vida

Luego de 33 meses, Sebastián Ariosa salió jugando ante un rival que le jugó “a muerte”, y por algo similar a lo que sintió antes

Sentía un ahogo muy distinto al ahogo deportivo, el de competencia; y se me inflamaba mucho una de las venas del cuello, sentía mucha presión y mucho dolor de cabeza, lo que derivó en que me empezaran a hacer estudios, hasta que se detectó eso".

Las 9:00 del martes. No es un día ni una hora más en el Complejo "Eduardo Arsuaga", que Defensor Sporting tiene en el camino Pichincha, donde los violetas entrenan en forma cotidiana: "eso" a lo que alude Sebastián Ariosa fue lo que el 23 de mayo de 2012 le diagnosticó el Dr. Luis Alberto Castillo en su consultorio del hospital Pereira Rossell, cuando le dijo que la causa de lo que sentía jugando en Olimpia de Asunción era un cáncer de mediastino, la cavidad toráxica en la que se encuentran el corazón, la aorta, los bronquios, el esófago, los vasos sanguíneos, el timo y la tráquea.

"Tengo el alta deportiva, el oncológico me lo van a dar en dos meses. El momento que Ney me dijo aquello, fue durísimo, se me vino todo abajo; y el tratamiento de quimioterapia también, en lo físico y en lo mental, porque tuve semanas de aislamiento, no sólo de amigos, sino de mi propia familia, con los que no podía compartir una mesa, una comida, un mate… pero cada vez que me levantaba, soñaba con este día; y cada vez que me hacía una quimio, con mi señora tachábamos la fecha del almanaque igual que si hubiéramos ganado una batalla".

El tumor desapareció "a los 7 u 8 meses", cuenta Ariosa, y el camino siguió hasta que en abril del año pasado empezó bajo la supervisión del Prof. Javier Carballo con "las caminatas, a andar en bici y haciendo tonificación, cosas básicas"; hasta que ayer llegó aquel día soñado.

"Es la primera vez que entro a una cancha de césped, porque desde hace un par de meses venía entrenando en una de sintético, en la escuelita de Fútbol Inteligente en Platense. Me sentí como cuando a un juvenil lo llaman y le dicen que lo van a ascender, a entrenar en Primera; la felicidad es muy grande".

Es que el lateral izquierdo tuvo mucha gente que lo alentara. "Mauricio (Larriera, hoy técnico violeta) estaba en Paraguay (con Gerardo Pelusso) cuando me enfermé, y después fue a la selección y a Sol (de América), pero desde que volví a Uruguay siempre estuvo muy pendiente de lo que precisara. De aquel plantel (de Defensor) del que me fui en 2011, Andy (Fleurquin) y Nacho Risso también...

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