Alemania procesa pareja que espiaba para Rusia

Durante 23 años, Andreas y Heidrun Anschlag llevaron en Alemania una apacible vida de matrimonio de clase media acomodada. Se ha difundido la foto de un cincuentón de pelo corto, cara rellena y expresión inofensiva que eligió marrones diversos para su camisa, chaqueta y corbata: el aspecto de un tipo cualquiera que podría ser tu médico, el pequeño empresario que te vendió el coche o, por qué no, el ingeniero industrial que le sirvió de tapadera para su identidad falsa. Ni siquiera su hija de 20 años, estudiante de medicina en Marburgo, sospechó que los Anschlag eran espías de la KGB.El juicio por espionaje contra el matrimonio es uno de los procesos más llamativos desde la caída del Muro de Berlín en 1989. Los acusados callaron en la primera vista, en la que se limitaron a asentir cuando les preguntaron si están de acuerdo en que se dirijan a ellos por sus seudónimos alemanes.Andreas Anschlag, que según sus papeles falsos tiene 53 años, se llama quizá Sascha Rost. Se cree que su mujer Heidrun (47 años) podría llamarse Olga. Sentados en el banquillo de un tribunal de Stuttgart, están acusados de espiar para el servicio secreto soviético KGB y su organización heredera rusa SWR. Durante un cuarto de siglo enviaron a Moscú informaciones secretas sobre Alemania, la Unión Europea y la OTAN. A cambio percibían más de 133.000 dólares anuales.DETENCIÓN.Una doble operación de la unidad policial de élite GSG9 terminó en octubre de 2011 con la doble vida de los Anschlag. A las tres de la mañana arrancaron a Andreas (nombre en clave: Pit) de su cama en una casa de Balingen, 70 kilómetros al sur de Stuttgart. Otro grupo de agentes armados asaltó tres horas más tarde la residencia familiar en Marburgo, unos 90 kilómetros al norte de Fráncfort. En ese preciso momento, Heidrun (nombre en clave: Tina) estaba sintonizando la radio de onda corta que, conectada a un ordenador portátil y a un aparato de cifrado, le servía para contactar con Moscú una o dos veces por semana. Según el dominical del Frankfurter Allgemeine (FAS), el sistema disimulaba la comunicación en una especie de ruidos irreconocibles. Cuenta el rotativo que los policías encontraron en Marburgo "una buena cantidad de dinero" en divisas extranjeras y documentos secretos.A principios de 2012, dos agentes alemanes trataron de negociar con los rusos un intercambio de espías como los que durante la Guerra Fría se organizaban sobre el puente de Gleinicke, que unía Berlín Occidental con la República Democrática...

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