Alto e inconveniente déficit fiscal

Las previstas turbulencias en los mercados mundiales nos traen, una vez más, la situación fiscal al centro del análisis. Es que quiérase o no, salvo casos excepcionales, es la política fiscal la que introduce o evita situaciones indeseadas por el común de la gente. En esta columna he venido sosteniendo, desde hace ya un buen tiempo (la última vez hace pocos meses), que el resultado fiscal oficialmente divulgado está lejos del que cualquier economista que deba estudiar la realidad tomaría como base para el análisis. También vale la pena reiterar que lo anterior no obedece a que las autoridades maquillen las cifras que publican, como lamentablemente existe un penoso ejemplo en Argentina, sino a la metodología utilizada, una de las "algunas" que internacionalmente son admitidas. También es cierto que las autoridades podrían, al menos explicitar y no lo hacen, todo el gasto y déficit parafiscal que se tiene, en especial por medio de la CND (1) y diversas sociedades anónimas de propiedad estatal, unas pocas notorias y otras muchas no tanto. También podrían, y tampoco lo hacen, sacar al BSE de la medición (como no lo estuvo durante buen tiempo), ya que nada realmente aporta al resultado real, siendo por tanto errada su inclusión. Esta se hace por razones de "conveniencia" (aporta casi 0,5% de superávit inexistente), lo que alguno podría considerar un "maquillaje" de las cifras, pero como todo el mundo conoce el importe yo no diría eso. A su vez, el resultado fiscal que podríamos llamar "verdadero" o de largo plazo, es aquel que resulta de tomar las variables por sus valores permanentes bajo la hipótesis de que no hay cambios en las políticas aplicadas. Este debe incluir correcciones tanto del lado de los ingresos como de las erogaciones. Pocos meses atrás situé este resultado de déficit estructural en el entorno del 3,5% del PIB. En la actualidad ha subido.DEFINICIONES. Se puede decir que el resultado fiscal corriente publicado, ese que a junio mostraba un déficit de 1,3% del PIB, es el más sencillo de medir e indica lisa y llanamente la suma algebraica de ingresos menos egresos. Esta forma de medir el estado de las finanzas públicas tiene una serie de limitaciones que hace que, muchas veces, diga bastante poco acerca de la verdadera situación de aquellas.La actual situación es una de esas ocasiones. En efecto, más allá de las anotadas omisiones o erróneas inclusiones, hoy tenemos que los ingresos son superiores a los normales de largo plazo, ya que el PIB está...

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