Amenaza neomarxista sobre el agro

La discusión política y empresarial sobre el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) es solo para marcar posiciones: una ideológica, otra opositora y la de los perjudicados, una inútil postura de queja. Si es correcto que con el impuesto se recaudarán solo 60 millones de dólares, seguramente no habrá una sangría que no se pueda superar por los propietarios que sean alcanzados, como sí la provocaría una alternativa tributaria que desea imponer el neomarxismo. No parece que el ICIR altere significativamente las tasas internas de retorno de las inversiones en las tierras que vayan a ser gravadas.Sin embargo, si se aplica en un momento de clara baja de los precios de los commodities, la situación cambiaría como también el valor de la tierra ante un dólar más fuerte. De continuar apreciándose la moneda norteamericana, el valor de la tierra caerá y su valor se depreciará tan fuertemente como sea la declinación del precio de los commodities agrícolas o pecuarios también impulsada por la apreciación del dólar.El valor del dólar en picada de los últimos años, y no la expansión de China, es lo que ha provocado el alza de los precios del agro, de sus productos y consecuentemente de la tierra. El precio de ésta no deja de ser el valor actualizado de los retornos libres líquidos futuros. Si ellos caen porque se impone un gravamen sobre la tierra y si además los precios de los productos del agro caen porque el dólar se aprecia, entonces los resultados líquidos serán menores y el factor que les produce, la tierra, valdrá menos. Aunque puede no ocurrir finalmente de ese modo, hoy se piensa que es posible -no muy probable-, que suceda.DESPROLIJIDAD. El ICIR agrega desprolijidad a un sistema tributario ya desprolijo. Pese a las declaraciones oficiales realizadas cuando se introdujo el impuesto a la renta de las personas físicas (IRPF), que el sistema tributario se hacía más consistente y más sencillo, en la realidad no ha sido así. Hay problemas de impuestos inconsistentes con otros, que implican múltiple tributación sobre la misma base imponible y, por otro lado, impuestos que implican un costo impresionante para el contribuyente y para la sumatoria de ellos, la sociedad. No es del caso tampoco hoy mencionar la larga lista de inconsistencias pero sí citar, a vía de ejemplo, que por razones populistas e ideológicas, al crearse el IRPF, se ha mantenido el impuesto al patrimonio cuando éste es la acumulación de rentas del pasado que se han recibido luego de...

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