El anémico crecimiento de Brasil

PAULO LEVY | DESDE RÍO DE JANEIROEl PIB brasileño del segundo trimestre mostró cierta recuperación en relación con el débil crecimiento del trimestre anterior, aunque sin retomar el dinamismo de principios de 2011. La tasa de crecimiento desestacionalizada pasó del 0,1% al 0,4% mientras que, en la comparación anual, la tasa cayó del 0,8% en el primer trimestre al 0,5% en el segundo. Parte de la frustración por ese resultado se debe a la expectativa de que la superación de los problemas de la actividad agropecuaria, que en el primer trimestre presentó una caída acentuada, permitiría un desempeño más robusto. En realidad, el sector agropecuario, luego del ajuste por estacionalidad, creció 5% entre abril y junio después de haber retrocedido 6% en el trimestre anterior, pero eso no fue suficiente para promover un crecimiento mayor de la actividad económica. Como los servicios mantuvieron su tasa de crecimiento aproximadamente constante -aumento del 6% en el primer trimestre y del 7% en el segundo- queda claro que el principal determinante del débil desempeño fue la industria, en especial la de transformación, cuya tasa de crecimiento pasó del 1,8% en el primer trimestre a -2,5% en el segundo. Incluso considerando los desfasajes habituales, se esperaba una recuperación de la economía mayor y más rápida ante la fuerte reducción de la tasa de interés real y de la depreciación cambiaria.La desaceleración del crecimiento comenzó en el segundo semestre del año pasado y coincide con el deterioro de la situación internacional, en especial en Europa, y con la reducción de la expansión del crédito. Pero no es correcto atribuir solamente al ambiente externo adverso y a la moderación del crédito la responsabilidad por la desaceleración del crecimiento. Otros países, mucho más dependientes del comercio exterior que Brasil tuvieron una reducción mucho más modesta del nivel de actividad. La pérdida de dinamismo refleja también los problemas estructurales que atañen a las actividades productivas poco competitivas, en especial en la industria. El aumento de la absorción doméstica (es decir, la suma de los gastos en consumo e inversión de las familias, empresas y gobierno) se desaceleró de una tasa anual de 5% en el primer semestre de 2011 a 1% en el primer semestre de este año pero, proporcionalmente, el PIB se desaceleró mucho más, de 3,8% a 0,6%. O sea que, en términos relativos se amplió la contribución de las importaciones netas para sustentar la mayor la absorción...

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