El ángel vengador

Gabriel Gargurevich Pazos(desde Lima)LUEGO DE estrecharme la mano en el hall del Country Club, uno de los hoteles más elegantes de Lima, María empieza a hacerme fotos con su cámara semi profesional. Lo tomo como un gesto espontáneo para romper el hielo, pero después caeré en la cuenta de que quizá hubo otra razón.Cada vez que ella entraba con Borges a la habitación de un hotel, María lo registraba todo con la mirada, como si cada parpadeo fuese un click. Borges estaba ciego y ella tenía que indicarle dónde se encontraba exactamente cada mueble para facilitarle el tránsito: "Cuando una persona no ve, lo primero que hay que hacer es enseñarle dónde están los peligros". ¿Representaría yo un peligro para la viuda del escritor y presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges?Más adelante, casi al final de nuestra conversación, me diría: "Estoy pensando seriamente en dejar de dar entrevistas. Siempre soy sincera y afectuosa con la persona que viene a entrevistarme porque no tengo por qué tener prejuicios, a menos que esté paranoica o loca, pero me devuelven semejantes cosas que yo me pregunto para qué… Diarios que supuestamente son serios a lo mejor ponen lo que digo, pero en los copetes lo contradicen… Es de una perversidad y de una bajeza tan grande…".Llegó a Lima para presentar "El atlas de Borges", exposición de más de cien fotografías de sus viajes con el escritor por el mundo. Viajes que, según dice, los hizo conocerse más como pareja. Así pudo dar cuenta del lado más intrépido del escritor, y también de su faceta divertida, que a veces hizo pública. Una vez el escritor salvadoreño Álvaro Menen Desleal escribió un libro que tituló Cuentos breves y maravillosos; para el primer cuento, "Prólogo de Borges", tomó frases de distintos prólogos de Borges y las mezcló, ante lo que Borges dijo: "No recuerdo haber escrito la generosa y acaso justa epístola que me atribuye el señor A.M.D… Ya que el volumen consta de una serie de juegos sobre la vigilia y los sueños, queda la posibilidad de que mi carta sea uno de tales juegos y travesuras". El humor y la tolerancia de Borges en esa ocasión fueron algunas razones por las que el español Agustín Fernández Mallo dijo a El País de España, en octubre del año pasado, estar "sorprendido" cuando Kodama pidió retirar de las librerías su libro El hacedor (de Borges). Remake. "Ese señor no pidió permiso para utilizar algo que no le pertenecía", me dice María.Para conversar con ella se requiere aguzar el oído; la...

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