Antoaneta Madjarova y su circo hecho a puro títere y creatividad

CARLOS REYESDel jueves 27 al domingo 30 de enero el Solís recibirá a la compañía de títeres búlgaro argentina Kukla, que presentará "Circo Fokus Bokus". Dirigido por Antoaneta Madjarova, el espectáculo ofrece una función clásica de circo, hecha toda con títeres.La obra, ganadora del Premio ACE de la temporada 2009-2010 al mejor espectáculo para chicos de la cartelera porteña, arranca con cinco actores que escapando de la lluvia encuentran refugio junto al Circo Fokus Bokus. Pero resulta que no hay clowns para comenzar la función y ellos son los únicos que lo pueden suplirlos. Los cinco artistas se animan a eso y mucho más, y da comienzo al show."Acá no hay una trama, una historia, porque la obra es una función de circo clásica pero hecha con títeres. No buscamos competir con los actores de circo de verdad, sino de utilizar la destreza, y la magia que ofrecen los títeres, para potenciar el humor. Las posibilidades de los muñecos son infinitas: mucho más que las de los cuerpos humanos, y eso permite desarrollar todo tipo de rutinas", explicó a El País en un correcto español Madjarova, artista búlgara radicada en Argentina hace casi 20 años.Acróbatas, malabaristas, contorsionistas, el domador de leones cobran vida escénica a través de diversas técnicas, la mayoría sobre la base del teatro negro. "Es muy mágica la impresión que recibe el espectador, porque parece que los títeres solos hacen estas complejas coreografías con objetos. En un número, por ejemplo, un malabarista juega con cinco pelotas, mientras la cabeza se le separa del cuerpo. A los contorsionistas se les agrandan los brazos y las piernas. Cada títere tiene su complejidad", detalla la artista, egresada de la Facultad de Títeres de la Universidad Nacional de Teatro y Cine de Sofía, Bulgaria.Alternando música electrónica, jazz o folklore ruso, este circo de títeres propone variedad de climas, pasando a lo largo de una hora por emociones que van del peligro al humor. "También tiene momentos poéticos, sobre todo cuando aparece el mago, que sale de una galera gigante"."También hay partes tiernas. A los más chiquitos la que más les gusta es el cuadro de los monos acróbatas: es de los más difíciles de hacer, porque son cinco monos y todo se desarrolla sobre unos elásticos muy finos. Quizá el momento de más comicidad sea la parte del domador y de leoncito. Porque el domador está a la búsqueda del león, y todo el tiempo lo interrumpe un leoncito cachorro, muy simpático, que no le permite desarrollar su...

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