Juan Antonio Varese cuenta la historia del Mercado del Puerto

CARLOS REYESEl Mercado del Puerto ya tiene su cronista. Se trata Juan Antonio Varese, cuyo último libro, editado por Banda Oriental, recorre más de un siglo de historia de ese emblemático rincón del paisaje montevideano.Mercado del Puerto. Historia, gastronomía y cultura en el corazón de Montevideo cuenta pasado y presente de ese mercado que la posmodernidad convirtió en una plaza de comidas ineludible para todo turista que llega a la Capital. El autor, que vivió de primera mano la evolución del lugar (donde concurría desde niño, en la década del `50), indaga en este libro sobre los orígenes del edificio, despejando dudas sobre la bellísima arquitectura y rastreando los antecedentes del viejo reloj y de las fuentes ornamentales que todavía se conservan."Desde que era chico iba con mi padre al Mercado del Puerto, y luego, a partir de 1970 aproximadamente, empecé a ir todos los días a almorzar. Y como soy curioso, me empecé a interesar por los personajes que allí paraban y en las historias del lugar. En ese momento era un mercado de abasto, donde se vendían frutas, verduras, productos de granja, quesos, fiambres, huevos. En el medio del mercado estaba el Frigorífico Nacional, que tenía un gran local, donde está el reloj. Era un mercado distinto: Singer tenía un gran stand, uno de los pocos lugares en Montevideo donde se conseguían productos importados", recuerda el historiador, haciendo notar que en ese tiempo el mercado abastecía a toda la Ciudad Vieja.Fábrica de pastas, panadería, de todo había en aquel viejo mercado, que contaba con otros elementos que lo mantenían en actividad. Entre ellos la terminal de ómnibus de la Aduana, y el puerto. "El tipo de tráfico portuario era distinto: los barcos llevaban las cosas en las bodegas, y para la carga y descarga se requerían pandillas. Eso hacía que el mercado tuviera una población flotante de miles de personas, entre ellos los changadores, que iban a comer allí. Era un paisaje muy pintoresco, al que se sumaban los artistas que venían a actuar a Montevideo y se arrimaban por allí: cantantes de ópera, actores de las comedias italianas, incluso Carlos Gardel cantó en el mercado. O sea que además del Morocho del Abasto, era el Oriental de nuestro mercado", afirma el investigador.De las páginas de este libro surgen anécdotas, relatos de los vecinos, opiniones de comerciantes y de particulares. Cada testimonio aporta su mirada y entre todos pintan el pasado y la actualidad del centro gastronómico más visitado de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR