Aracataca, el pueblo donde todo comenzó

Una crónica desde el pueblo que ya todos los locales llaman Macondo y desde el cual surgieron varios de los personajes que poblaron las páginas de Gabriel García Márquez.El calor en Aracataca es agobiante en estos días. Tan agobiante como cuando el niño Gabriel García Márquez escuchaba a los adultos lamentarse por el permanente sopor. Podría ser un pueblo más del Caribe colombiano pero no lo es: todo empezó allí. Caribe colombiano pero no lo es: todo empezó allí."Me siento latinoamericano de cualquier país pero sin renunciar nunca a la nostalgia de mi tierra: Aracataca, a la cual regresé un día y descubrí que entre la realidad y la nostalgia estaba la materia prima de mi obra", se lee en un mural que pintaron en el pueblo en 2007, cuando "Gabito" regresó de visita a celebrar sus 80 años."Sería la última vez que vendría", dice a El País Rafael Darío Jiménez, poeta, fundador y primer director de la Casa-Museo Gabriel García Márquez.En esa finca, restaurada y abierta al público hace un lustro, nació y vivió hasta los diez años con sus abuelos maternos el Nobel de Literatura.Fue en esa casa donde García Márquez escuchaba atento las conversaciones que sus mayores creían que no entendía. Y donde con solo cuatro años comenzó a agregarles elementos fantásticos para llamar la atención. La realidad ayudaba: un día un toro irrumpió en la cocina en medio de una fiesta patria; otro día vio pasar a un hombre sin cabeza montado en un burro. Una "casa lunática, según el escritor, fue el medio familiar más propicio para despertar su vocación.De Cataca, como la llaman todos allí, el Nobel tomaría el nombre de Macondo, una finca ubicada en el área bananera. Es un pueblo donde las mujeres lavan aún la ropa en el río, en la misma agua que los niños usan para refrescarse, prácticas interrumpidas en estos días por la seca. Hay casas coloridas y personas alegres. Un sitio que muchos añoran desde hace décadas que se convierta en atracción turística por ser la cuna de "Gabito", un sueño que hasta ahora no se concretó.Hubo decenas de proyectos que no prosperaron. Jiménez habla directamente de fondos que se consiguieron y de "problemas de corrupción" que terminaron con el dinero y los sueños. Uno de los más recordados fue cuando en 2006 se puso a votación una propuesta para sumar a Aracataca el nombre de Macondo, que naufragó aunque tuvo más adhesiones que votos en contra (3.600 contra 250). La explicación es que se necesitaba que al menos participaran del plebiscito 7.200 personas...

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