Argentina: un daño irreparable

SERGIO ABREULa larga historia de conflictos y problemas sin resolver que enturbian las relaciones bilaterales de Argentina con Uruguay han erosionado no solamente la confianza de los inversores actuales y potenciales, sino fundamentalmente el interés nacional. Los consumidores continúan pagando la energía eléctrica más cara porque el Gobierno argentino bloqueó el tránsito de la energía paraguaya generada por sus represas.El daño está hecho porque Uruguay deberá enfrontar el costo de instalar la planta de regasificación en exclusividad.El daño está hecho porque hay cientos de trabajadores en seguro de paro, empresas al borde de la quiebra. Las trabas discrecionales y persistentes que Argentina aplica a las importaciones. A fin de julio el valor de las exportaciones uruguayas a Argentina había bajado un 7%. La administración discrecional del comercio rompe los circuitos comerciales, genera desconfianza de los importadores y si algún día se normaliza el intercambio, nuestros exportadores tendrán que salir a recuperar el mercado que un día tuvieron. Y el daño será mayor cuando tengamos que enfrentar la realidad de la actividad inmobiliaria y la temporada turística con controles cambiarios, al mismo tiempo que se anuncia la supresión del secreto de la información tributaria.Argentina consiguió lo que no había conseguido con el corte de los puentes, doblegó el valor y la firmeza de nuestro Gobierno, y nos demostró que en muchos aspectos en estos y otros temas de interés común actúa no como socio sino como nuestro competidor, y que ninguna medida le está vedada para conseguir sus propósitos. Un modelo de desarrollo que incluya a Argentina, estará siempre rodeado de incertidumbre y riesgo. No se trata de dejar de lado a Argentina, sino de aprovechar lo posible, pero con un enfoque coyuntural o asumiendo los riesgos en proyectos de más largo plazo.Con estos antecedentes, los recientes sucesos de las sanciones a Paraguay y el ingreso de Venezuela al Mercosur, basados según nuestro Presidente en la primacía de lo político sobre lo jurídico, nos ponen ante una declinación irreversible del Mercosur como proceso de integración económica. El Mercosur del Tratado de Asunción ya no existe. El Tratado de Asunción dispuso la constitución -el 31 de diciembre de 1994- de un mercado común, que implicaba la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos, a través de la eliminación de aranceles, restricciones no arancelarias y de cualquier otra medida equivalente...

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