Argentina, el turismo y nosotros

JAVIER DE HAEDOHabiéndose iniciado el mes de septiembre, comienza la época del año en que se empiezan a tomar decisiones sobre qué hacer en las vacaciones del próximo verano. A diferencia de años anteriores, existe una elevada (y bien fundada) incertidumbre acerca del desempeño del turismo receptivo en la próxima temporada estival.Las causas de la incertidumbre vienen fundamentalmente por el lado argentino, por razones que son de público conocimiento y que intentaré desarrollar en esta columna. Pero no hay que olvidar que por el lado brasileño las cosas ya no son como eran hace un año. En particular, la relación bilateral de precios, que entonces nos favorecía claramente, hoy se encuentra más pareja. El indicador de tipo de cambio real bilateral entre Uruguay y Brasil, que permite cotejar la evolución de los precios medidos en términos de dólares en ambos países, muestra un significativo deterioro, de 12% entre los meses de agosto de 2011 y 2012. Tomando como referencia el promedio histórico del tipo de cambio real entre ambos países, un año atrás estábamos un 18% por encima de dicho promedio, mientras que ahora estamos solo 3% por arriba del nivel histórico.Pero concentrémonos hoy en Argentina, donde se suceden medidas que apuntan explícitamente a que en la próxima temporada los argentinos veraneen en su país.En primer lugar, cabe señalar que a diferencia de otras acciones emprendidas por el gobierno argentino, destinadas a perjudicar a nuestro país (como en lo referido al dragado del canal Martín García o a la no difusión de los resultados de los análisis correspondientes a la planta de UPM en Fray Bentos), en el caso de las trabas a los viajes de argentinos al exterior se trata de medidas de tipo general sin que se les pueda atribuir algún tipo de intencionalidad política "anti uruguaya". Lo mismo que sucede desde hace ya muchos meses con las importaciones de bienes, que tienen todo tipo de trabas en nuestro vecino. Es más, si bien en este caso se podría invocar el Mercosur y esas barreras podrían ser impugnables, ello no sería posible con relación a las limitaciones al acceso a moneda extranjera o al uso de otros medios de pago por parte de argentinos en el exterior.Segundo, no podemos dejar de recordar el porqué de todas estas restricciones a la importación de bienes en Argentina y al gasto de los argentinos fuera de su país. Tanto la importación de mercaderías como el turismo en el exterior consumen dólares. Y de estos, en Argentina hay pocos, porque...

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