De arsenal secreto a hogar familiar

La desesperación por un techo llevó a Rodrigo y Silvia a ocupar la casa de Aires Puros que, hace cuatro años, había captado la atención de los medios cuando se descubrió el arsenal de Saúl Feldman. La convirtieron en un hogar. Y el barrio, agradecido.Gastón Pérgola"No sabíamos que esta era la casa de Feldman. Nos enteramos a los días de tomar la decisión de ocuparla. El lugar estaba todo destrozado, quemado, era horrible", recordó Rodrigo Salinas (36) a El País, el ocupa de la mediática casa de la calle Elba que en octubre de 2009 se incendió, saliendo a luz que allí se escondía un arsenal con más de 700 armas, 300 granadas y diversos explosivos plásticos.Todo ese armamento se encontraba apilado en los dos dormitorios de la casa de Feldman. Hoy, en uno de esos mismos dormitorios duerme cómodamente Francisco (5), uno de los hijos de Rodrigo y Silvia. "Y de eso se trata", justifica Rodrigo a El País."Queremos mostrar otra realidad. La ocupación está estigmatizada, decir ocupación es sinónimo de pichaje, de delincuencia, de bocas de venta de pasta base. Y en realidad, en este caso, fue una solución al lugar, a todo el entorno, y sobre todo a nuestra familia", profundizó el joven ocupa, jefe de familia y terapeuta.Sin embargo, la decisión de ocupar no fue fácil. Ni tampoco fue la primera alternativa por la que optaron, luego de la brusca decisión que tomó la dueña del apartamento donde alquilaban desde hacía seis años."Nos dijo que necesitaba el apartamento, y como el pago era de palabra porque la conocíamos, no teníamos papeles ni nada, y entonces no tuvimos mucho de dónde agarrarnos. Y quedó todo mal", narró Rodrigo a El País.En ese momento él contaba con un sueldo de $ 10.000 y ella se encargaba de cuidar a su hijo Francisco. "Me acuerdo que en ese momento los alquileres se habían disparado, estaban por las nubes. Era desesperante la situación", contó. También optó por recurrir al Ministerio de Vivienda, a ver qué solución podía encontrar allí."Mi razonamiento fue: `Soy un tipo joven, con salud, una familia, ganas de trabajar y esforzarme. Solo necesito una mano. Algún crédito podré conseguir`. Y nada de eso es real. No es real. Lo único que nos ofrecían, como posibilidad, era entregar US$ 15.000 para participar de un sorteo de apartamentos a estrenar. Pero esto era imposible para nosotros, que tampoco contábamos con ayuda familiar. Estábamos solos", afirmó Rodrigo.Luego de algunas noches sin dormir intentando buscar una solución, Rodrigo se acercó a Silvia...

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