El hipnótico arte de un maestro

Las versiones de las obras de Beethoven que ofreció Freire proceden de lo más decantado de una profunda actitud meditativa de un hombre superior, que encara humildemente pero reciamente la grandeza del genio de Bonn.Freire elimina todo lo superfluo y efectista. Su arte trasunta una espontaneidad y una frescura que permiten llegar a los umbrales de la claridad sin tener que recurrir a los fáciles caminos del brillo.Algunos musicólogos han sostenido que el arte de Debussy parece una sombría nube del romanticismo alemán, disuelta en el claro cielo de Francia. Otro tanto cabe pensar ante el arte de Nelson Freire. Sus interpretaciones de este autor fueron singularmente sublimes, mientras Rachmaninoff y Chopin fueron vertidos con profunda hondura y sobriedad. La sola presencia del pianista brasileño Nelson Freire constituye de por sí una garantía de honestidad artística y de capacidad. Freire posee indudablemente un conjunto de cualidades que, aún por separado cada una de ellas, podría caracterizar a un pianista de jerarquía.Su touché admirable, su belleza de sonido, la exactitud interpretativa son naturales en él, la manifestación espontánea de una musicalidad completa y a la vez cabal en cada uno de sus detalles. Su precisión en la digitación y en el uso del pedal, la riqueza infinita de matices que extrae del instrumento, acompañado siempre de un profundo aliento rítmico. Todas sus ejecuciones...

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