'Artigas necesitaba anclaje en los afectos'

-¿En qué género ubicaría esta obra en tres tomos?-Eso es muy complejo. En mis 35 años de vida periodística he sido enemigo de los compartimentos estancos. Me he acostumbrado y me sale bastante natural una abierta mezcla de disciplinas. Hay crónica, ensayo, investigación histórica, recopilación, abundante documentación, testimonios. En el segundo tomo por ejemplo, se me cerraban las puertas de la historia y fui abriendo las de la antropología. Lo que sea con tal de obtener una respuesta. Las historias de las vidas privadas y de la sensibilidad que irrumpen no hace mucho fueron un fuerte impulso.-También apeló a la investigación directa en archivos...-El escarbar archivos en Paraguay, en las provincias argentinas, en Río Grande me dio la perspectiva de un abordaje mucho más regional, como desde esos lugares encuadrando hacia dentro de la Banda Oriental. Y algo fundamental: hacer personalmente esas recorridas, andar por donde él estuvo, llegar hasta su misma morada en la que vivió 25 años en Curuguaty, lejos de Asunción, por ejemplo. Analizar los estudios locales y conversar con sus investigadores, los descendientes; atender la oralidad tan importante en la cultura de esos pueblos.-¿Qué comprende el subtítulo "El verdadero rostro de Artigas"?-El subtítulo va más allá del último tomo, es un remate de las tres obras. Resultado de amplísima multiplicidad de miradas en las tres, que conforman con bastante coherencia lo que para mí es su real personalidad. Elementos más, o menos, de los que pueden dar lugar a mis conclusiones, igualmente podrá obtener el lector por su cuenta sin coincidir plenamente conmigo. Lo del `verdadero rostro` va en un sentido más bien simbólico, pero a su vez tiene su cuota parte literal, dado que este último tomo incluye una investigación sobre su aspecto estrictamente facial.-En ese punto el trabajo es innovador...-Es el primero en su género, recurriendo al arte forense, arte y también ciencia, y en manos del número uno en la materia, que es el norteamericano Stephen Mancusi. Podría admitirse sin ambages que por primera vez tenemos un rostro de frente de Artigas que supera los serios trabajos, tanto de Blanes, como de Zorrilla, ya que todo lo demás de la descomunal iconografía es pura imaginación. No olvidemos que el mismo Blanes admitía que él no era investigador ni historiador, sino solamente un artista cuando se refería a esta tarea, a diferencia de Mancusi, que durante 27 años de su vida profesional en el FBI, solamente en esta área...

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