El artista en clave de humor

EL PRESTIGIO de ser, junto con Joyce, Proust y Kafka, una renovadora de la literatura de la primera mitad del siglo XX, sumada a las historias sobre su trastorno bipolar y su suicidio, ha dado una imagen de Virginia Woolf severa y trágica, lo que el cine se encargó de popularizar en el film Las horas de Stephen Daldry. Redescubierta en los años 70 por el movimiento feminista que reivindicó como pioneros sus ensayos Un cuarto propio y Tres guineas, Virginia pasó a ser vista, además, en términos políticos. Esa imagen "seria" tal vez explique que la mayoría de los críticos teatrales que comentaron el estreno en el off-Broadway de Freshwater en 2009, lo mismo que los que reseñaron la versión estrenada en Buenos Aires en 2010, dijeran que esa, su única obra teatral, descubría una humorista en la escritora inglesa. Lo cierto es que los lectores habituales de Virginia Woolf saben que la ironía y el humor son características de su literatura, tanto en la mayoría de sus cuentos como en Flush, la biografía del perro de Robert Browning y Elizabeth Barrett, y la extraordinaria Orlando que cuenta la vida de un personaje que vive durante siglos y hasta cambia de sexo en ese largo transcurso.ESOS ARTISTAS.Freshwater fue en sus orígenes un divertimento familiar. Escrita en 1923 como un juego para sus amigos del grupo de Bloomsbury, por entonces en franca rebelión contra la generación que los precediera, fue reciclada en 1935 en ocasión del cumpleaños de Angélica Bell, sobrina de Virginia, hija de su hermana Vanessa y de Duncan Grant. Es una desenfadada y delirante sátira sobre la generación victoriana, representada aquí por el pintor prerrafaelista Frederick Watts, el poeta Alfred Tennyson, el abogado y filósofo Robert Cameron, y su esposa, la fotógrafa Julia Margaret Cameron, tía abuela de Virginia. Individualistas, extravagantes, obsesionados con su propia obra al punto de no ver nada de lo que sucede a su alrededor, los personajes son vistos en su lado ridículo (Tennyson aprovecha cualquier circunstancia para lanzar versos a diestra y siniestra, Watts se desespera por no poder terminar el dedo gordo del pie de un retrato, Julia hace matar con urgencia un pavo para utilizar sus alas para el ángel de una composición fotográfica). Virginia, que conoció bien ese mundo por las amistades de su padre, el ensayista Leslie Stephen, los mira con tanta impiedad como simpatía.En medio de esa fauna, Ellen Terry, una muchacha de 16 años que ha sido actriz desde niña, y ha dejado el...

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