El as en la manga: Aguiar quiere ser una carta en el equipo de Rivera

El volante se rió de las críticas que aseguran que está gordo y se comparó con Fabián O’Neill.

Aguiar dejó atrás el estado febril con el que jugó frente a Juventud de Las Piedras, aunque su rostro aún mostraba signos de la fiebre. El volante, que volvió a ingresar en el partido frente a los pedrenses tal como había hecho en el debut ante Cerro, no le dijo nada a los médicos que se sentía mal hasta después del partido. Por si las moscas.

"Jugué con fiebre y estuvo un poco complicado, pero por suerte pude entrar y terminar el partido. No se supo porqué fue la fiebre, un virus tal vez. No les dije nada, porque pensé que no era importante, que no me iba a pasar nada. Era una fiebre común nomás y hoy ya estoy mucho mejor", contó Aguiar ayer al comienzo del doble horario con el que los aurinegros arrancaron la semana.

Según admitió el técnico Bengoechea, Aguiar leyó muy bien los partidos. "Depende de cada juego. Uno sabiendo que tiene posibilidades de entrar trata de ir leyendo el partido de afuera. Aunque por más que lo leas bien no entrás con el mismo ritmo de juego, pero sí sabiendo lo que está intentando hacer el rival y lo que necesita el equipo. Pero todos los encuentros son cambiantes y a veces te toca entrar y en otras no. En estos dos partidos me tocó y espero seguir con esa posibilidad", dijo el volante, quien sin embargo espera con ansias el momento de arrancar desde el inicio de un partido.

"Espero que llegue cuanto antes. Cuando me toque la posibilidad de jugar voy a ir sintiéndome cada vez mejor. Yo me voy a preparar para jugar frente a Tacuarembó. Tengo dos semanas por delante y el viernes vamos a hacer fútbol. Después dependerá de Pablo".

El volante muestra dentro de la cancha una calma que no tenía en su anterior pasaje por Peñarol. "Estoy más tranquilo y espero seguir por la misma senda. Sin perder el carácter, pero bajando un poco la pelota al piso", explicó sobre uno de los aspectos que más se le criticaba.

"Hay un momento en que uno comienza a poner en la balanza muchas cosas vividas; va creciendo. Hoy entiendo que el mejor ejemplo para mi hijo tengo que ser yo. Y eso es muy importante, aunque igual siempre dejo un espacio para mis errores y alguna macana que me puede llegar a mandar", añadió.

Concretar su cuarto regreso a Peñarol no fue sencillo. O al menos costó más de lo que muchos se imaginaban. Quizás por eso hoy lo disfruta aún más. "Tenía muchas ganas de quedarme en el país y de tener un contrato más largo para poder...

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