Así lo vio

Los vecinos reclaman porque el cambio que se avecina los llena de incertidumbre. La incertidumbre, ya se sabe, es la madre de algunos miedos. Y el miedo conduce a reacciones irreflexivas, a veces entorpecidas por una falta de información y por desconfianza en las autoridades. Sin embargo, el progreso no debe detenerse. El secreto está en ofrecer garantías para que se cuide el ambiente y el bienestar de la gente. El Estado deberá mostrar limpieza en su proceder y eficiencia en el contralor. Para que vuelva la confianza.La politización de los grandes asuntos es inevitable y no sería un problema si no estuviera teñida por la partidización y el cálculo electoral. Si esto sucede en materia de salud es repugnante. La vacunación no es un privilegio, sino un derecho. Hasta ahora solo quienes podían pagar las costosísimas dosis...