Un avión que está lleno de preguntas

La boca fruncida, el rictus agrio, mezcla de sorpresa e indignación, y la mirada acusadora del ministro Lorenzo ante el implacable flash del fotógrafo, se podría asemejar a lo que siente hoy buena parte de la sociedad en relación al affaire "Pluna". Es que a partir de esa imagen, que hizo testigo a todo el país del encuentro del jerarca con la plana mayor de la empresa BQB, y el providencial "hombre de la derecha" que compró los aviones de la liquidada aerolínea, lo que parecía ser una salida providencial a un problema crítico, se ha vuelto un escándalo del cual cada media hora se conoce una nueva vuelta de tuerca. Y que ha dejado un avión cargado de preguntas, cada una más enigmática que la otra.Si el "comprador" actuó de buena fe, y tiene los fondos para pagar 137 millones por los aviones ¿por qué prefirió usar un nombre "artístico" en vez del real? ¿Por qué no revisó siquiera los aviones antes de apostar semejante cifra? ¿Cuánto le iba a costar llevarse a España unos aviones que no pueden volar más de 4 horas sin abastecerse y que llevan meses parados?Si el empresario López Mena no tiene nada que ver con esto, ¿cómo fue que a las pocas horas del remate ya negociaba quedarse con los aviones? ¿Él recomendó a la empresa española...

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