Balance migratorio de la era del FA

Nuestro país se precia de ser un lugar de recepción de inmigrantes. Los resultados de encuestas que se han hecho en estos años señalan por lo general que la sociedad recibe bien a los extranjeros. Hay una especie de consciencia nacional de que todos somos hijos, nietos, bisnietos o tataranietos de algún inmigrante que en el pasado vino desde tierras lejanas a poblar estas pampas. En definitiva, que eso siga siendo así forma parte, naturalmente, de nuestro destino nacional.> > Empero, a pesar de esta convicción colectiva tan extendida, los datos de saldos migratorios internacionales del Uruguay, es decir el resultado del conjunto de personas que deciden inmigrar al Uruguay menos el conjunto de personas que deciden partir del país en un año dado, fueron por muchas décadas negativos. Desde la academia, casi siempre volcada hacia la izquierda, se señaló que esto era parte de una prueba inapelable del fracaso del proyecto político neoliberal y antipopular propio de las fuerzas políticas no izquierdistas. Ese proyecto excluía a los uruguayos y frustraba sus expectativas, forzándolos así a emigrar.> > En vez de ver crecer a su población gracias a la recepción de una fuerte inmigración extranjera, y en vez de generar condiciones para que los nacionales no emigraran al exterior en busca de mejores oportunidades, el diagnóstico que siempre hizo la izquierda cultural, política, universitaria (y hasta periodística), era que el Uruguay era una especie de máquina de expulsar gente. Y no era nuevo: al menos desde el censo de 1963 que, sistemáticamente, nuestro saldo migratorio internacional era negativo.El mentiroso relato es que todo cambió radicalmente con la llegada del Frente Amplio (FA) al poder. Se señala la gran cantidad de extranjeros que se pueden ver sobre todo en Montevideo y que provienen de otros países del continente. Y se insiste en que desde al menos la administración de Mujica (2010-2015) el Uruguay recibe todos los años más gente de la que se va. ¿Cómo se logró tal cosa? La respuesta izquierdista es simple: gracias a los buenos gobiernos de la era frenteamplista. > > Empero, la verdad es muy diferente a este relato hecho de falsedades estadísticas para generar réditos políticos en favor del FA. Esta historia presenta problemas metodológicos graves que no pueden ser...

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