El barrio se complica

En mar bravo es que se ven los buenos timoneles. La expresión popular cae perfecto para definir el contexto actual, donde tras dos períodos de gobierno en los que se ha disfrutado de una coyuntura externa extremadamente positiva, la segunda presidencia de Tabaré Vázquez parece que va arrancar con un viento que tiende a ponerse de frente, y por momentos arrachados. Y que pondrá a prueba, tal vez por primera vez con real exigencia, su capacidad de gobernar y de administrar los delicados balances de un país con estrechez financiera.

El primer lugar donde las cosas no lucen nada bien es, para variar, Argentina. Las políticas proteccionistas en lo comercial y delirantemente dirigistas en lo económico han hecho que ese país no haya logrado sacar jugo adecuado a esta época de bonanza regional que parece estar llegando a su fin.

Es así que la compleja coyuntura internacional actual encuentra a los vecinos con un tejido empresarial muy golpeado, con inflación galopante, con un gobierno asfixiado en lo financiero y sin dónde acudir en caso de urgencia. Pero lo que es peor, con un clima social de alta tensión y un sistema político debilitado y sin demasiado respaldo popular. O sea, una fórmula perfecta para el desastre.

En su defensa se puede decir que Argentina siempre está en una situación más o menos semejante, y de alguna manera logra ir sobreviviendo.

La otra potencia regional que con su pujanza había "tirado" del barrio en estos años es Brasil. Pero su situación actual no permite albergar esperanzas de que pueda seguir cumpliendo ese rol a corto plazo. Con una economía que crece en forma anémica, un sector industrial enfriado, y una política de integración miope y ensimismada, el vecino del norte parece destinado a atravesar unos años complejos. A esto se suma que el nuevo gobierno de Dilma Rousseff asume en situación de particular debilidad, jaqueado por incesantes denuncias de corrupción (Petrobras está que arde), y divorciado de amplios sectores sociales urbanos, que ya durante el último mundial dieron señales muy fuertes detener poca paciencia con la heredera de Lula da Silva.

A este panorama regional complejo podríamos sumar lo de Venezuela, a quien la caída estrepitosa del precio del petróleo, de lo cual el único en el mundo que parece no darse cuenta (o no querer darse cuenta) es Ancap...

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