Beber agua si el cuerpo lo reclama

Cuando se instala una ola de calor, fisiológicamente aumenta la eliminación del agua a través de la piel, de la transpiración. Por eso se torna imprescindible reponer el líquido perdido y también la sal. "Hay que tomar agua en la medida que el cuerpo lo pide", dice la doctora Nieves Campistrus, integrante de la Comisión de Educación Médica Continua de la Sociedad Uruguaya de Nefrología.

"El problema está en que la sensibilidad a la sed es muy variable según las personas y según la edad; los niños chicos suelen no ser conscientes de que tienen sed, y los ancianos tienen muy baja la sensibilidad a la pérdida de líquido. Son concientes pero no sienten la sed; hay que insistir con ellos en que tomen agua".

La ya clásica receta que manda a los adultos consumir dos litros de agua por día no es sin embargo una fórmula mágica ni recomendable para todas las personas, por ejemplo para aquellas con dificultades para eliminar el agua por la vía urinaria. Por otra parte, cuando las personas van aún más allá de esa medida, tomando cuatro o cinco litros, habría que estudiar cada caso para determinar si se trata de un hábito o de una alteración de las glándulas suprarrenales o de la hipófisis.

Tomar esa cantidad de agua, "si es por hábito, en general no causa daño, pero si es por una enfermedad, sí", explica la doctora Campistrus. Las alteraciones pueden presentarse en las células cerebrales y, si la ingesta es de agua acompañada de sal, la afectación se dará a nivel cardiológico.

El doctor Oscar Noboa, catedrático de nefrología, coincide en que la recomendación más importante para días calurosos es que la gente logre saciar su sed, que tenga agua disponible.

"La recomendación de dos litros es muy genérica, no hay un número fijo. Hay que respetar la sed del individuo e insistir con aquellos que tienen poca sensación de sed para que se hidraten. Sobre todo debe atenderse a los individuos dependientes, frágiles o añosos, porque además el calor viene con cuadros digestivos, con diarreas y entonces se les deteriora la función renal, se deshidratan".

Noboa confirma que hay personas a las cuales el consumo de agua puede ocasionarles perjuicios. Quienes tienen tendencia a que les baje el sodio en sangre, si son mayores, a veces sufren inestabilidad y caídas.

También es factible que se dé la intoxicación por consumo desmedido de agua, por ejemplo si se padece potomanía. Esas personas orinan hasta tres litros, lo cual baja mucho la concentración del sodio en la...

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