Beckham y el Super Bowl, dos máquinas de facturar

Claudio Destéfano* | claudio@bizers.com.arEl de arriba no juega a los dados, por eso no pudo ser casualidad. La pelota (redonda u ovoide) quedó picando para analizar un par de fenómenos que trascienden el deporte, y le dan sustento a la consolidación de la industria del marketing deportivo.El viernes pasado se produjo el pase de David Beckham al París Saint Germain, y dos días después se jugó la edición número 47 del Super Bowl entre los Ravens de Baltimore y los 49ers de San Francisco. Lo curioso es que estas dos noticias conmocionaron tanto, o más, al mundo empresarial que al deportivo, aunque en esencia se trató de balones rodando y pechos sudorosos.Los dos casos son paradigmáticos, pues la gente común sabe más de ellos por los millones que mueven que por sus virtudes deportivas. El común de los mortales está al tanto de los goles de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, pero no recuerda cuál fue el último que metió Beckham, aunque seguro sabe cuánta plata factura por año por publicidad.Salvo en EE.UU., la gente no conoce las reglas del fútbol americano y mucho menos cuántos jugadores hay en el plantel. Tampoco entienden por qué gritan los ganadores del Super Bowl que son campeones del mundo y recién sobre el final se enteraron que en esta edición, eran dos hermanos los entrenadores de cada uno de los equipos. La historia dirá que John Harbaugh, head coach de los Ravens, le torció el brazo a su hermano Jim, entrenador de los 49ers. Eso sí, cambia la situación cuando le preguntan a las mismas personas cuánto invirtieron las empresas por un aviso de 30 segundos.«Es el marketing, estúpido» hubiera sido la memorable frase de Bill Clinton (parafraseando a aquella de 1992 con la que le ganó las elecciones hablando de la economía y no de la Guerra del Golfo) si George Bush (p) le hubiera dicho que lo de Beckham o lo del Super Bowl es sólo deporte.No quisiera aburrir con números, pero al match (con corte de luz incluido) lo vieron 115 millones de espectadores. Un spot de 30 segundos llegó a valer US$ 4 millones. La performance en el entretiempo de Beyoncé generó 5,5 millones de twits, y el memorable aviso de Oreo que hizo a la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR